~ Y así fue, como Caroline arrancó el coche, sin dirección alguna subió colina arriba, sin pensar hacia donde, tan solo sabía que huía de algo, sin saber que eran sus propios pensamientos. Conducía con los ojos empapados en recuerdos, en recuerdos que parecían no querer volver a un presente en el que ella los necesitaba más que nunca. "Me pregunto que habrá cambiado..."- se preguntaba con la música a todo volumen intentando no escucharse a sí misma. Era curioso, pasó de tener en la misma persona todas las necesidades biólogicas del mundo, a no tener un hombro en el que llorar. Aparcó llegando a un desfiladero, desde donde se podía contemplar toda la ciudad; era como tener el mundo a sus pies. "Y qué más daría tener un mundo entero si no soy siquiera dueña de mí misma"- se decía sentandose con los pies colgando al borde del desfiladero. Movía los pies cual colegiala, esperando un algo que sabía que no llegaría. Cogía y expiraba aire como si su vida dependiera de ello, intentando controlar las pulsaciones del corazón, intentando no acelerarse pensando en todo lo ocurrido. Se preguntaba si todo estaba llegando a su fín, si ella no era suficiente, si los malos augurios y sus peores temores estaban cobrando vida en una mala novela escrita por un mal escritor. "Jamás pedí un anillo, tan siquiera una cena en el mejor restaurante de Madrid y aún así, consiguió hacerme sentir egoísta, haciéndome sentir que pedía demasiado, demasiado nunca es para quien ama de verdad..."- dijo dando un paso al frente de aquel desfiladero.
