En noches como estas, es cuando el frío se apodera de lo más profundo de las piezas que le quedaban a mi amoratado corazón. Supongo que he vuelto a escribir porque conozco esta sensación, este frío que comienza a cubrir de oscuridad todo rastro de luz que haya podido habitar en mi interior.
De repente, siento en pausa el estómago, esa sensación a la que tanto temo, esa pausa que hace que los granos de arena no se muevan dentro del reloj. Ese eterno silencio que cubrirá mi habitación cada noche de nuevo aunque el volumen de la música no se pueda subir más. Resuena constantemente en mi cabeza esa melodía, esas gotitas de música de la intro de aquel juego que en su momento significó parte de mi corazón también.
El amor jamás será un error, no importa cuan vacío te hayas quedado después. El amor siempre es un regalo... Y tan solo me pregunto porque el mío no fue suficiente. Porque el mío tal vez era defectuoso, si no podía llevar más amor consigo que el amor que guardé durante años.
He intentado ser fuerte, ser el árbol que crece durante una tempestad y aguantan sus ramas en las más frías noches de otoño, pero a pesar de ello, un árbol no puede ser fuerte si no hay nadie que se pose bajo sus ramas en las hermosas noches de verano, alguien a quien tan solo le guste disfrutar en silencio de las preciosas flores que consiguieron nacer de él. Hoy, me siento un árbol con flores, pero ya nadie duerme bajo mi sombra, ya nadie echará de menos la brisa que se escapará entre mis ramas, ya nadie se acordará de aquel árbol que no tuvo las mejores flores, pero aguantó lo mejor que pudo el largo invierno sin saber si volvería a salir el sol.
Tal vez no fue suficiente o tal vez simplemente no eran las flores que él buscaba. A pesar de no ser las que tal vez buscaba, mi corazón puede jurar que intentó hacer las más bonitas solo para él. Tal vez no se quedaba bajo mis ramas cada día porque sin él saberlo, algún día le llenarían más otras flores, otras hojas, otros colores... No porque fuesen mejores, sino porque simplemente no le llenaban. Un árbol puede necesitar solo una persona que necesite su sombra para sentir que su vida está completa, pero un árbol no puede solo esperar a que vengan durante épocas, sin pensar en si el árbol ha sufrido tempestades en su ausencia y volver a marcharse sabiendo que el árbol siempre estaría ahí para él... Tal vez fuese mucho pedir, pero incluso un árbol agradecería tener bajo su sombra, alguien que por mucha vida que allá más del bosque, siempre saque cinco minutos a amar las flores que nacieron para él...Porque cuando realmente amas algo, dedicarle tiempo no es un sacrificio, es un placer.
El árbol no podrá moverse de su sitio, no podrá escapar a buscar más vida que la vida que venga traída por el viento, pero si pueden marchitarse sus flores y no por falta de amor hacia quien se pose bajo él, sino por falta de amor hacia las flores que tanto tiempo le llevaron florecer y hoy siente que a nadie le importaba verlas brillar cada día. Unas flores no tardaron meses en crecer para ser visitadas a ratos.
Esta noche, mis pétalos comenzaron a caer de nuevo. Adiós dulce primavera, que más tarde que temprano decidiste un día volver a mí...