viernes, 3 de febrero de 2012

Brisa.

~ Despertó, empapada en sudor una noche más. Despertaba entre sollozos de agonía y palpitaciones desembocadas. Envuelta en rabia golpeaba el colchón, estiraba de aquellas sábanas, gritaba sumergiendo su rostro en la almohada y llorando al fin dejando sus fuerzas en aquella habitación, noche tras noche apaciguaba aquella tormenta que la atormentaba. Habían pasado escasos meses pero su recuerdo era tan presente como sentir el aliento en la nuca, tan presente como entre silencios escuchar su voz. No podía, la culpa le arañaba desde dentro, desgarrando cada gota de vida que goteaba desde su 'yo' interior, ya no era la misma. Sus mejillas ya no eran rosa color salmón, su sonrisa ya era un espejismo para aquellos que la esperaban ver sonreír, y su voz ya no cantaba debajo de aquel sauce. Echó a caminar, inconscientemente estaba ahí, de nuevo, parecía ver su silueta entre sombras, pero sabía que era la desesperación quien le jugaba aquellas malas pasadas. "Jamás podré perdonármelo, ¡vuelve!, ¡necesito escuchar tu perdón!- gritaba golpeando aquel sauce con los nudillos rasgados con los primeros signos de sangre. Cayó de rodillas con su frente apoyada en el tronco de aquel árbol, la brisa llevaba en su compás el llanto de Caroline. Sacó del bolsillo de su vestido un reloj antiguo que hacia tiempo marcaba siempre la misma hora. El tiempo no había sido quien paró aquel tiempo al igual que las ganas de vivir de Caroline, habían sido ellos; Caroline y James. "¡Tú me lo prometiste, prometiste que este reloj significaría que para nuestro amor no existían límites de tiempo!-gritó lanzando a lo lejos aquel reloj que quedó echó trizas en algún lugar de aquel parque. De repente, un gran escalofrío acaricio la espalda de Caroline. Sin saber porque se puso en pie y comenzó a correr, sabía cual era su próximo destino y estaba decidida, llegaría hasta el final. "Me dijiste que jamás me faltarías, que mi amor era la mejor cura pero no lo fui para el cáncer. ¡Ahora muero yo de dolor sin ti, grito a la nada y no pude gritarte cuanto te amaba!"- gritó por última vez arrojando un ramo de flores...a la tumba de James.

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