lunes, 13 de febrero de 2012

Solo tú.

~ Será tu olor que me atormenta o tu recuerdo tras haberte marchado hará escasas horas de mi habitación. Sé que cuando te enamoras el mundo está boca abajo, incluido el corazón. Eres capaz de hacerme morir en el peor de los ataques de cosquillas, aún haciéndome sentir más viva que nunca, sé que si es contigo, nada malo puede pasarme. Siento como el corazón me estalla, se reconstruye y vuelve a su lugar cada vez que me susurras, cada vez que al traspasar la puerta de mi casa empiezas a sonrojarte, después de casi dos años de relación, como hablas a tu madre de mi, e insinuándole que si te permitiría pedirme matrimonio en un par de años... Recuerdo nuestra primera noche juntos, y desvelarme en mitad de la noche, turbia, perdida... y habías sido tú, intentando besarme toda la noche sin despertarme... para poder verme dormir, y desde que sé lo que es dormir sabiendo que te tengo, escuchando tu respiración,no hay noche que no te extrañe antes de cerrar los ojos. Sé que podría escribir la más bella historia de amor juntando tu nombre y el mío, pero por ahora, antes de escribir el segundo Quijote de amor, prefiero vivirlo, sentirlo.

domingo, 5 de febrero de 2012

18 meses a tu lado.

 ~ La vida para mi a cambiado, y doy gracias porque desde que apareciste tú siempre a sido a mejor. Eres la persona que puede determinar mi estado de ánimo, hacerme llorar a morir, o simplemente con una mueca haces que se me olvide que el mundo se viene abajo. Dicen que podremos olvidar a quienes nos hicieron reír pero jamás a quien nos hizo llorar, y yo creo que no es del todo cierto, porque si hecho la mirada atrás desde estos diez y ocho meses, todo cuanto imagino, son buenos momentos contigo, no importaba donde o cuando, contigo ya era un momento digno de recordar para siempre. Jamás nos hizo falta un papel o un cura que nos dijese: "En la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza". Tú has estado a mi lado en cada momento en este largo transito de tiempo y ambos sabemos que no ha sido mi mejor año pero no lo cambiaría por nada del mundo, tú has estado conmigo y eso simplemente hace que por muy malo que fuese, haya sido también los mejores momentos de mi vida hasta día de hoy. ~ No podría darte las gracias suficientes veces por las veces que te plantabas en el instituto fugandote del tuyo para que yo simplemente estuviese tranquila, que si algo pasase, tú estarías ahí para protegerme...una vez más. Has estado a mi lado en las noches en las que el llanto podía conmigo más que mis ganas de sonreír e hiciste como siempre, que todo pareciese menos malo. Hemos reído y hemos llorado juntos y siempre y repito siempre, voy a recordar las noches que te he necesitado y a la una de la madrugada, has aparecido en mi puerta llorando pidiendo que te perdonase. ~ Intento contar en un par de líneas tantísimo tiempo pero realmente no necesito contar por aquí todo esto, tú y yo lo sabemos y con eso basta. Tan solo quiero dejar mi pequeña hueya aquí para que dentro de otros tantos meses, podamos mirar entradas pasadas y sonreír pensando: "Fíjate, seguimos igual y mejor". Como hemos hecho siempre. Se nos ha presentado el muro más grande del mundo y eso no a sido nada para nosotros, jamás nos fue fácil pero eso a hecho que lo nuestro desde el mismo día en que nos conocimos, haya sido más que una historia diferente. ~ No necesito que nadie me alague, que hablen buenas referencias sobre mi, me sobra con que me sigas mirando cada día como lo hace desde aquel seis de Julio de dos mil diez. Sigo viendo la luz al final del camino cada vez que me reencuentro en tus ojos. Sigue encendido toda la vida para mi. Te amo y sobran el resto de las palabras, pequeño samurai.



viernes, 3 de febrero de 2012

Brisa.

~ Despertó, empapada en sudor una noche más. Despertaba entre sollozos de agonía y palpitaciones desembocadas. Envuelta en rabia golpeaba el colchón, estiraba de aquellas sábanas, gritaba sumergiendo su rostro en la almohada y llorando al fin dejando sus fuerzas en aquella habitación, noche tras noche apaciguaba aquella tormenta que la atormentaba. Habían pasado escasos meses pero su recuerdo era tan presente como sentir el aliento en la nuca, tan presente como entre silencios escuchar su voz. No podía, la culpa le arañaba desde dentro, desgarrando cada gota de vida que goteaba desde su 'yo' interior, ya no era la misma. Sus mejillas ya no eran rosa color salmón, su sonrisa ya era un espejismo para aquellos que la esperaban ver sonreír, y su voz ya no cantaba debajo de aquel sauce. Echó a caminar, inconscientemente estaba ahí, de nuevo, parecía ver su silueta entre sombras, pero sabía que era la desesperación quien le jugaba aquellas malas pasadas. "Jamás podré perdonármelo, ¡vuelve!, ¡necesito escuchar tu perdón!- gritaba golpeando aquel sauce con los nudillos rasgados con los primeros signos de sangre. Cayó de rodillas con su frente apoyada en el tronco de aquel árbol, la brisa llevaba en su compás el llanto de Caroline. Sacó del bolsillo de su vestido un reloj antiguo que hacia tiempo marcaba siempre la misma hora. El tiempo no había sido quien paró aquel tiempo al igual que las ganas de vivir de Caroline, habían sido ellos; Caroline y James. "¡Tú me lo prometiste, prometiste que este reloj significaría que para nuestro amor no existían límites de tiempo!-gritó lanzando a lo lejos aquel reloj que quedó echó trizas en algún lugar de aquel parque. De repente, un gran escalofrío acaricio la espalda de Caroline. Sin saber porque se puso en pie y comenzó a correr, sabía cual era su próximo destino y estaba decidida, llegaría hasta el final. "Me dijiste que jamás me faltarías, que mi amor era la mejor cura pero no lo fui para el cáncer. ¡Ahora muero yo de dolor sin ti, grito a la nada y no pude gritarte cuanto te amaba!"- gritó por última vez arrojando un ramo de flores...a la tumba de James.

jueves, 2 de febrero de 2012

~ Pasan los meses a tu lado y parecen escasos minutos. Tal vez sea porque lo bueno pasa rápido, pero en ese caso estos casi dos años deberían de haberse pasado en un suspiro. Espero suspirar hasta el día de mi muerte, si así mi corazón muere sonriendo gracias a ti. 

viernes, 20 de enero de 2012

La noche del baile.

~ Al fin llegó la noche del baile, parecía no llegar nunca. En su cama posaba aquel vestido, tan escrupulosamente elegido para la ocasión, aquel lazo de dimensiones despampanantes y su horquilla de brillantes, estaba preparada. Podría contar cada día que estuvo esperando aquel momento pero podría perder la cuenta ya que solía perderse en sus imaginaciones. Era el siguiente nivel de soñadora, tímida y misteriosa pero tal vez, todo aquello que escondía en el caja torácica, debajo de las costillas, donde se anclaba su corazón, es todo cuanto llamó la atención de Michael. Anne se se sentó en aquel butacón viejo del comedor en donde las horas parecían congelarse como un corazón en el limbo, las horas parecían ir en contra de sus ansias, pero valdría la pena la espera. Al fin, el reloj marcó las 20:00 y le faltaron tiempo y piernas para subir aquellas escaleras hacia su alcoba. Ya estaba todo listo, aquel vestido era más que un traje, era el vestido con el que su difunta madre, enamoró a su padre Peter, aquel vestido, era historia. "Te hecho de menos..."-dijo Anne acariciando los flecos de aquel vestido mientras se observaba de perfil. Caminó haciendo sonar aquellos tacones de Channel azules sobre el parqué del pasillo hacia el aseo... y ahí se encontraba, frente al espejo, intentando convencerse a si misma de que la noche superaría todas las espectativas de unos sueños que hasta ahora, parecían sumamente imposibles. Agachó la cabeza hacia el lava manos y no pudo evitar cerrar los ojos y que una cristalina lágrima, resbalase por su maquillada mejilla. Su padre sigiloso la observaba desde hacia minutos observarse al espejo, sabía que ya no era una niña y que tarde o temprano, partiría al igual que su mujer hacia otro destino, en brazos de otro hombre. Se acercó y rodeó a Anne con sus torridos brazos y tan solo en aquella casa se puso escuchar: "Eres la viva imagen de tu madre, tan solo por ello, sé que cualquier hombre querría estar a tu lado y si por el contrario no sucede así, siempre tendrás aquí... a tu padre".

martes, 10 de enero de 2012

Algo así solo podría ir por alguien como tú. Te amo. ♥

~ Era irracional, al menos aquel sentimiento. Podría buscarle mil "por qué" pero no hallaría respuesta alguna. Cada neurona de su cerebro estaba dedicaba exclusivamente a su memoria, a su recuerdo. "Es todo cuanto una persona podría desear, y es mío"- se decía distraída observando su álbum de fotografías en el que él constataba. Sonreía, le recordaba cada día esperando el momento de verle de nuevo. Eran más de doce horas diarias las que estaban juntos y otras doce recordándose el uno al otro... Era una vida en común desde que el destino, les hizo encontrarse. No había un recuerdo en el que él no la hubiese hecho reír, día en el que ella no le haya necesitado y aún siendo plena madrugada, él no hubiese tocado a su telefonillo, haciéndola saber que él estaría en su puerta, siempre que necesitase un abrazo, era él. Le recordaba llorando en cada discusión por no perderla, esos cálidos besos que habrían vuelto a la vida cualquier corazón muerto décadas pasadas. Veía el universo en sus ojos, y la magia era palpable en el aire cuando él estaba cerca. Le buscaba defecto día a día, intentando no asustarse y pensar: "Es imposible, algo debe ir mal", pero hay veces que debemos aceptar que si el mundo no es perfecto es porque hay personas que sí lo son y personas como yo, que no pueden llegar a creer, tener semejante persona a su lado. Te amo, mi vida. Jamás podré explicar en un mísero texto, cuantísimo has hecho por mi, jamás podré agradecértelo lo suficiente. 

jueves, 29 de diciembre de 2011

Ecos de mar.

~ No podría. No podría encontrar explicación alguna para describir aquella noche; estaba junto a ella. Era imposible no desviar la mirada entre copa y copa, o simplemente, rozarla incauto al pasar. Habían demasiadas personas en aquel local, pero era evidente que su rostro era el único que llamaba su atención, no había ninguna como ella y podría jurarlo. Habían sido tantas veces las que había soñado con tenerla consigo una noche como esa, en una playa de arena fina como aquella y al fin estaba ella, con su vestido de seda blanco, escote de palabra de honor y aquel perfume que sería capaz de perturbar cada uno de mis cinco sentidos. "Ven conmigo..."- dijo él susurrandola en un segundo al oído. "Les perderemos, no podemos separarnos, hay demasiada gente"- dijo ella intentando no dejarse seducir. Ella le contemplaba con un brillo en los ojos que cualquier persona habría podido deducir que entre ellos y un par de palabras, había más que química. Era mágia. La cogió de la cintura temiendo perderla, en aquel lugar o en cualquier momento de su vida, sabía que era ella la que tanto esperó. Por aquel paseo marítimo tan solo se percibía el taconeo de sus zapatos, y el corazón a mil de ambos. "No puedo esperar más, y si espero, temo echarme atrás"- dijo él con la cabeza gacha hacia la arena. "No temas, yo estoy contigo, ¿recuerdas?"- dijo ella con una media sonrisa en los labios. "No, no estás conmigo, por eso mismo te he traído aquí. Dime ven, y yo por ti lo dejo todo"- dijo en pocas centésimas de segundos, antes de besarla, sin más prisa que la de al fin, tenerla consigo.