martes, 31 de diciembre de 2013

Intenciones.


Veo venir el final del año, allá a lo lejos, como si a pesar de un par de campanadas, la mala fortuna acechase mi espalda, un año más. Es continua, esa ilusión por tener una excusa final oficial para decir; "Empezamos de cero" y dejásemos todo atrás. Cada Navidad, mi momento más ansiado es Noche Vieja. Ese instante de tan solo un par de segundos, en los que sientes que has entrado a un momento diferente, por tan solo moverse la aguja de un reloj. Sientes esos nervios por haber salido de una habitación antigua y esperas poder contemplar una alcoba enorme con miles de sorpresas en cada cajón, aún por descubrir, a lo largo de otro año. Pero esta vez tienes miedo, mucho miedo. La antigua habitación de la cual saliste brillaba, rebosaba luz y sin embargo, te sumergió en su oscuridad. Tienes miedo de volver a dejarte cegar por la luz, por la paz que pensamos que siempre significa la claridad. Es aterrador, intentar dar un paso a un nuevo comienzo, para aquellos que en un solo año, hemos andado en la oscuridad sin que nadie lo supiese, sin que realmente, supiesen donde encontrarnos. Todos tenemos cierto rechazo a la oscuridad, todos tenemos miedo a lo que no conocemos, pero, para aquellos que la mayoría del tiempo, hemos guardado el dolor a oscuras, sabemos que al menos la oscuridad no nos pueden confundir. La luz nos hace pensar que lo conocemos todo, qué no hay nada más allá de la luz, puesto que somos capaces de distinguirlo todo y sin embargo, se nos olvida que gracias a la luz, también hay zonas de sombras, con cosas que nadie nunca ve. Por eso este es mi primer año, en el que no sé como empezar, qué deseos pedir a las doce uvas, ni si realmente, esos deseos conseguirán sacarme de esta habitación a oscuras. Ahora, este es mi hogar.  





viernes, 30 de agosto de 2013

Abrázame.

Abrázame cuando sienta que el suelo tiembla bajo mis pies, cuando sienta que el cielo pesa sobre mis hombros más que cualquier material.
Abrázame cuando esté desorientada, cuando estar perdida sea mi única alternativa. Abrázame cuando crea que todo está perdido, cuando sienta
que ya no pueden haber más piedras en el camino. Abrázame cuando sienta que el frío quema, cuando no pueda ver más allá de las tinieblas. 
Abrázame cuando mi pulso tiemble, y en mi mente solo queden malos recuerdos abyacentes. Abrázame cuando la melodía no suene y el día más soleado 
truene. Simplemente abrázame. 

jueves, 4 de julio de 2013

Camino.

¿Qué harías si al despertar todo tu mundo hubiese desaparecido?. Es la sensación a la cual todos tememos, la sensación que todos deseamos no experimentar jamás. El ser humano constantemente planifica momentos futuros, sin darse cuenta de que lo que hay molestarse en vivir, es el presente. El presente dura un segundo, seguramente, cuando terminéis de leer esta frase, ya formará parte del pasado. Es rápido y fugaz, pero puede ser inolvidable. Podemos vivir un solo instante, un beso o un roce con una persona especial y podríamos hablar horas sobre un momento que seguramente no a durado realmente nada. Pero de ese material están hechos los sueños; la vida no está hecha de lo que vivimos sino de como lo sentimos. La realidad es tan relativa como la verdad en las personas.Tendemos a ser perfeccionistas sin darnos cuenta de que el ser humano es imperfecto en sí mismo, y no se le puede pedir a un pez que sepa trepar árboles. Por todas esas razones, pasamos la mitad de nuestra vida quejándonos de lo que no sabemos hacer, y la otra mitad pensando como podríamos realizar algo que seguramente simplemente no está hecho para ser realizado por nosotros, en vez de mirar más allá. Hay que estar dispuesto a mirar más allá de la frontera que se hace llamar 'decepción' y poder darnos cuenta, qué todo río tiene afluentes, y el camino de la vida tiene también muchos otros; aprende a elegir. 

lunes, 15 de abril de 2013

Entre noches.

~ Frente al ordenador, intentando no pensar en que las manillas del reloj se detenían en cuanto ya no estaba con él. Intentaba olvidar que en su computadora había una carpeta con su nombre, con sus fotografías, con sus recuerdos. Era su sonrisa, sin duda, la que tanto alegraba. Esas carcajadas de niño pequeño las que la adormilaban. Y esas peleas interminables entre archi-enemigos que se aman, las que hacían que por más años y años que pasasen juntos, siguiesen siendo niños. Quería terminar aquella taza de té y poder conciliar el sueño pero, ¿cómo?. Estaba eufórica  feliz, radiante, esperanzada. Sabía que de nuevo cuando saliese el sol volvería a hablar con él, a escuchar su risa, sus tonterías y esas cosas que tan solo él y ella sabían. ¿Acaso hace falta leer cuentos para vivir en otro sueño?. Creo que no. A veces soñar depende de quien te haga volar, y sin duda, es la mejor sensación. 

- Contando las horas para volver a verte. J. ♥ 




jueves, 17 de enero de 2013

Quebrante.

~ Ahí estaba de nuevo, el frío llamando a su puerta. Se negaba, una y otra vez a aceptar que cada pocos meses, su miedo volviese tras ella. Reclinada en su butacón, sus gafas de media luna y uno de sus peculiares libros en mano. Así quería recibir la llamada de invierno Annais. Hacia tiempo que se fue pero su presencia sin embargo, aún era palpable en aquel cuarto. Con la mirada perdida de aquel libro, contemplaba aquel cuarto que meses atrás, fue su Olimpo. Cerró la portada de aquel libro, lo posó en la mesa de noche y se dirigió a la cocina. Cabizbaja, lúgubre, gris; así se había vuelto desde su partida. Abrió el armario de la despensa y simplemente esperó. Esperaba que alguien la parase de nuevo, qué alguien quisiese cuidarla una vez más, pero ya nadie había para que le ofreciese su ayuda, su atención, ya no le quedaba nada. Cerró la despensa, suspirando. Giró la cara hacia la derecha y se vio reflejada en la imagen del cristal, y simplemente, estalló en un llanto. James ya no estaba para consolarla, abrazarla o simplemente suplicarla que mirase hacia adelante simplemente, aquella casa se quedó vacía. Como ella. Annais se dirigió al mueble del salón, el segundo cajón a la derecha de la televisión y se puso a escarbar, tirando todo cuanto se encontraba a su paso, si no era lo que buscaba en aquel momento, no importaba, necesitaba aliviar sus ansias. Lloraba, pegaba y gritaba pero nada servía, él no volvería. Ella intentaba aferrarse a la idea de que James, quería que fuese feliz, con o sin él pero no era tan fácil, no para quien ama de verdad. Abrió el primer cajón de la derecha, a sabiendas que sus recuerdos no podían andar lejos, jamás los perdería, jamás osaría no recordar donde guardó algo tan importante como un corazón, y menos el suyo. Tiró fotografías antiguas, manteles de mesa de navidad, velas en caso de emergencia y al fin, ahí estaba. Su pequeña caja fuerte, atada a aquellas minúsculas llaves. Sintió como si aquellas llaves, estuviesen a punto de abrir de nuevo una herida, pero que hermosa y añorada herida. Ansiosa y sin más demora, sin guardar todo cuanto tiró se dirigió hasta el sofá de piel color hueso frente a la televisión, se sentó y cruzó las piernas entre sí. Le temblaba el pulso, y cuanto más temblaba por los nervios, más aumentaba su ansia de conseguir abrir la caja. Por fin se escuchó como encajaba la cerradura con llave y, antes de abrir la caja, cerró los ojos y tomó aire. Abrió la caja y ahí estaba; un libro de poesía con una rosa seca entre sus páginas, marcando uno de sus mejores pasajes, un anillo y quince fotografías numeradas en orden. Annais se echó la mano a la boca, intentando controlar su respiración, era agónico,hermoso...eran recuerdos. Cogió aquel libro y lo abrió por donde marcaba la rosa y comenzó a aspirar el olor de aquel libro. Notaba como volvía la calma para sí, lo besó y volvió a guardarlo. En aquellas páginas aún estaba su perfume. Serena, con el corazón aún dando bandazos intentó mantener la cordura. Cerró la caja y se decidió a guardarla de nuevo. Después de minutos recogiendo aquel estropicio volvió a sentarse en aquel butacón, donde las horas volaban, donde los sentimientos simplemente exiliaban. Se remangó las mangas de aquel jersey de algodón, y miró. Observó las huellas de lo que un día fue real, aquellas cicatrices que harían que Annais, jamás olvidase que James fue real. Qué a pesar de que no sobreviviese cuando la salvó aquel día, siempre estaría presente en su cuerpo y en su memoria para siempre. 

domingo, 16 de diciembre de 2012

Nada más.

- "Y esto es todo cuanto necesito. Un abrazo, un par de risas y un lugar en el que estar contigo. Nada más. A muchas personas les parecerá poco, o en esa lista les faltarían cosas por añadir pero para mi no. Me gusta perder la noción del tiempo contigo, qué entremos en una eterna batalla de cosquillas en las cuales siempre ganas tú, qué nos quedemos como dos ositos viendo 'Cuerpos embarazosos' hasta las 3:00 de la madrugada y comentarlo juntos. Me gusta poder dormir a tu lado, notar como me abrazas y saber que no hace falta que ocurra nada más ese día, para que acabe de ser perfecto. Solo estar contigo un día más".

martes, 11 de diciembre de 2012

Por todo esto y más, te quiero a ti.

- "Eres caballeroso, cariñoso, amable, gracioso, un payaso, me haces reír, me quieres, pasas casi 24 horas conmigo y pides más, echándome de menos nada más separarnos, me abrazas si despierto con pesadillas, tú ahuyentas mis temores, duermes en la parte de la cama que da al armario porque a mi me da miedo, me tapas si ves paso frío. Me ves en las peores condiciones y aún así no te faltan palabras bonitas para mi, no existe orgullo en ti hacia mi, me demuestras en cada mal momento que todo tu amor va por delante. Eres mi héroe. Y ahora, ¿aún crees que algún día podría fijarme en otro que no fueses tú?. Te amo Javi. 06.07.10".♥