jueves, 10 de noviembre de 2011

- Era esa necesidad de sentir el aire de nuevo, sentir como el corazón volvía a latir,sin espasmo alguno.El miedo fue más fuerte que la valentia a avanzar a por ello, a no dejarlo escapar, a no dejar correr su sueño. Noches en las que tan solo su voz era un espejismo de todo aquello que un día fue, una vida entera, se apoderaba de su mente,enloqueciendo cada neurona de las pocas que quedaban cuerdas,desde aquél último día. Diagnósticos que sonaban a locura,pastillas que empeoraban la ansiedad de sentir el corazón en calma, y provocando de nuevo la imperiosa necesidad de verle de nuevo aquí. Aquella habitación acolchada no hacía más que recordarle el tacto de una abrigo calido, su mano sujetandola , o un dedo resbalando en sus labios. Las camisetas de fuerza solo empeoraban las ganas de poder estirar los brazos a lo alto, más allá de donde alcanza la vista,pero preferia seguir atada a si misma en aquella habitación,rememorando todo aquello,que solo supieron, ellos dos.

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