miércoles, 16 de noviembre de 2011

Tan solo un cuarto de cuantísimo has dado por mi... Te amo mi vida.

~ Aún lo recuerdo, el ir a conocer a tus "amigos", como todos se giraron a mirarme mal, a criticarme, a meterse conmigo y a ti lo único que se te ocurrió, fue cogerme de la mano, darles la espalda, y besarme. ¿Recuerdas cuántas veces he tropezado y tú has sido quién me levantó?. Yo sí. En cada una de mis caídas ahí has estado tú, tendiéndome la mano, recordándome a cada paso en falso, que tú jamás me fallarías. Cuánta gente se metió conmigo por mi físico, dejaste tus estudios para poder venir a recogerme al colegio y que yo pudiese tener el valor de ir cada día a ese lugar... pero valía la pena, sabía que al salir, tú estarías ahí, esperándome. Recuerdo tus llantos por teléfono, diciéndome que no aguantabas más a tu padre, y tú al confesarme que era porque se metía conmigo por estar gorda... las veces que te has enfrentado a él por defenderme, diciéndole que yo era la mujer de tu vida, qué eras lo que más habías querido jamás y que no permitirías que alguien como él, me hiciese llorar así... Te fuiste aquél verano casi un mes a Valladolid, aún recuerdo tu rostro abrazándome con todas tus fuerzas en aquella playa, suplicando a algo que no existía que te retuviese junto a mi. Recuerdo cuatro horas diarias al teléfono y otras cuatro tras haber colgado llorando... Me recuerdas cada día que soy tu primera vez, tu primer amor, y qué estás ahorrando para ese tatuaje, aquél con nuestra frase en el pecho que te quieres hacer, junto con mi nombre que coincida encima del corazón, donde según tú, resido yo en tu cuerpo. Para ti soy como aquél tatuaje, algo que esperas que sea para siempre, y por mi parte, será como un tatuaje y más que eso. Sí, se me olvidaba. Aquél día de lluvia, tus padres te obligaron a ir al chalet de tus tíos a comer, y yo necesitaba verte, pero como de costumbre, tu padre no te dejaba venir tan tarde...¿qué importaba? cogiste aquél bus a las 9 de la noche, fuiste me compraste un osito de peluche gigante, y empapado con el oso en brazos, apareciste en la puerta de mi casa... Me recuerdas cada día que quieres casarte conmigo, qué si no fuese tan pequeña, sin duda alguna lo harías. Me has visto de todas las maneras posibles, sin peinar, con ojeras, en pijama, enferma... y no ha habido día, en el que tú no me dijeras: "No lo entiendo, pero cada día te veo más preciosa...". Noches que llorando te he necesitado y has aparecido a las 11 en la puerta de mi casa, llorando pidiendo perdón, diciendo que te quedarías en mi portal a dormir si hacía falta, contad de estar cerca de mi... Has vuelto a tus estudios solo porque dices que quieres darme algún día de mayores, la vida que merezco.Y ahora dime, si no me mereces, porque eres todo cuanto una persona puede desear. Eres mi sueño hecho realidad Javier, y me demuestras cada día, que tú eres para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.