lunes, 7 de noviembre de 2011

Kilómetros.

~ Maldecía cada paso que daba en falso, cada paso ante la inmensidad que daba sin él a su lado. Retrocedía a cada paso la mirada atrás, y podía contemplarle, sus pupilas clavadas en las suyas... pidiendo a gritos de silencio un : "No te marches, aún no". Pero así lo quiso el destino. Era un mar de lava el que tenían que surcar para verse de nuevo pero... era tan placentero sufrir tanto por amor. Era su contoneo al andar, ese brillo en su mirada, ese acento marcando las "s", esa sonrisa pícara, que hizo a él perder el sentido. Cada noche era una tortura, mirar por la ventana y pensar que en algún lugar del mundo, él estaría contemplando el mismo cielo... bendita pues la suerte de encontrarle a pesar de los kilómetros. Habían leído tanto de amor, de desgracias en los medios de comunicación... pero podrían jurar que hasta haberse encontrado en el mismo destino escrito por la mano de algún Dios aún por descubrir, no conocieron el amor y el dolor, de tener tan lejos a quien hoy día, les hace vivir.

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