domingo, 16 de diciembre de 2012

Nada más.

- "Y esto es todo cuanto necesito. Un abrazo, un par de risas y un lugar en el que estar contigo. Nada más. A muchas personas les parecerá poco, o en esa lista les faltarían cosas por añadir pero para mi no. Me gusta perder la noción del tiempo contigo, qué entremos en una eterna batalla de cosquillas en las cuales siempre ganas tú, qué nos quedemos como dos ositos viendo 'Cuerpos embarazosos' hasta las 3:00 de la madrugada y comentarlo juntos. Me gusta poder dormir a tu lado, notar como me abrazas y saber que no hace falta que ocurra nada más ese día, para que acabe de ser perfecto. Solo estar contigo un día más".

martes, 11 de diciembre de 2012

Por todo esto y más, te quiero a ti.

- "Eres caballeroso, cariñoso, amable, gracioso, un payaso, me haces reír, me quieres, pasas casi 24 horas conmigo y pides más, echándome de menos nada más separarnos, me abrazas si despierto con pesadillas, tú ahuyentas mis temores, duermes en la parte de la cama que da al armario porque a mi me da miedo, me tapas si ves paso frío. Me ves en las peores condiciones y aún así no te faltan palabras bonitas para mi, no existe orgullo en ti hacia mi, me demuestras en cada mal momento que todo tu amor va por delante. Eres mi héroe. Y ahora, ¿aún crees que algún día podría fijarme en otro que no fueses tú?. Te amo Javi. 06.07.10".♥

lunes, 5 de noviembre de 2012

Bosque con alma.

~ Sin zapatos, pisando con paso firme aquellas hojas húmedas que paso a paso dejaba tras de sí. Era pura belleza, belleza natural no modificada aún por la mano del hombre. Aquel bosque tenía vida propia. En ocasiones, Clarise podía escuchar cantar los árboles, conversar a los ruiseñores y susurrar al viento entre las ramas, era sin duda, su rincón mágico. Le encantaba perderse durante horas, perderse entre el aroma a hierba fresca y pensamientos de un mañana. Clarise era soñadora, siempre risueña y optimista. Constantemente había que sacarla de sus pensamientos y aún si respondía, podía verse en la ausencia de sus ojos, que su mente seguía en algún lado que nadie conocía, allá donde se estancasen sus pensamientos. La reencarnación, el Karma, las buenas y malas energías, eran la religión, filosofía de vida, cómo prefiriesen llamarlo, de Clarise. Jamás podría obtener respuesta de si era el estilo de vida correcto, de si era cierto todo cuanto daba por lo que ella creía, pero era feliz haciendo el bien, pensando y soñando que todo cuanto hiciese, sería menos mal Karma, mejor Karma en un futuro. Decidió perderse un poco más allá del bosque, allá donde comenzaba el precipicio. Desde aquel lugar se podía contemplar la cascada que daba al lago Wates, el más famoso del poblado. Era azul como el topacio y transparente y brillante como el cuarzo. Era el alma del bosque, la joya natural más conservada en kilómetros, para Clarise, la más significativa. Clarise era muy diferente a todas las personas a las que la gente tiende a tropezarse por cualquier lugar, simplemente, había algo diferente en ella, en su aura. ¿Era luz?, ¿esperanza?, ¿bondad?. Todo el mundo que la conocía simplemente no gesticulaban palabra, tan solo con escuchar su nombre, sonreían, como si su nombre trajese consigo la paz; no hacia falta más. El poblado y sus gentes no fueron los únicos que vieron 'la luz' en Clarise, hubo un muchacho, uno en particular que más que ver la luz, quedó prendado de ella. Arthur, así se llamaba. Era un chico singular, no muy conocido entre sus gentes, callado y tímido, pero eso no fue obstaculo para que Clarise pusiese su mirada en él, un día cualquiera, cuando cómo no, se tropezaron en aquel bosque. Por ese simple hecho, para ella, aquel bosque tenía alma; él se la dio. Clarise, a pesar de ser más corazón que persona, no siempre tuvo la suerte de ser bienvenida en todos los lugares que hubiese querido. Más de una vez la tacharon de extraña, de una mala reencarnación con cara de ángel pero sin embargo...Arthur, cuando la veía simplemente contemplaba la armonía que se podía ver a su alrededor, la energía que desprendía su sonrisa o comenzar a soñar en centésimas de segundo al verla correr con su vestido color hueso a través de aquel bosque, entre risas y carreras de dos personas que tan solo sin palabras, saben que se buscan sin saberlo. Tal vez Clarise fue la luz del despertar de Arthur, pero Arthur para Clarise sin duda fue la realidad que la trajo de vuelta a este mundo, en el cual ya no la asustaba soñar. No en aquel bosque, juntos. 

jueves, 1 de noviembre de 2012

'Fairy Tales'

~ Era un sentimiento que galopaba sin resentimiento, sin pensamientos a favor. Era un ardor en el pecho, no subía ni bajaba, tan solo se estancaba junto a su pena. Cada día era un llanto nuevo, una lágrima de diferente forma y el mismo dolor. Se preguntaba por qué a ella, por qué ahora. "Tan solo hay que mirarme para saber el por qué" - se dijo mirándose al espejo. Se recogía el pelo mientras se secaba aquellas lágrimas que marcaban sus mejillas cada vez que decidían correr hacia su barbilla. "¿Aún crees en cuentos?, tan solo, mírate. - se dijo mirando sus brazos arañados. Caminó hasta la otra punta de la habitación, en busca de su cajón de lectura, y ahí estaba...'Fairy Tales'. Fue su libro favorito durante años. Aún recordaba a su padre leer aquel libro cada noche, en el borde de su cama, mientras la contemplaba dormir. Era hermoso, poder conservar todos aquellos recuerdos, aquellas historias tan solo marcadas con tinta en un par de papeles. Lo abrió y comenzó a pasar páginas hasta la portada final. Había una dedicatoria. Era su gran Credo, sus 'diez mandamientos', los cuales la consolaban cuando no le quedaba nada, ni nadie. Antes de comenzar a leer posó el dedo índice sobre la primera línea, antes de comenzar a leer, sabiendo que una vez que empezase, las lágrimas se desprenderían de sus ojos como cascadas, sin poder controlarlo, una vez más. "Querida Anne; la vida son más piedras que caminos, más castillos que príncipes irán en su busca, más tormentas que cielo por cubrir, más penas que consuelos por conseguir, pero debes recordar; el mundo no es perfecto, aquellos que habitan en él tampoco. Compréndeles". 

viernes, 26 de octubre de 2012

Tequila.

~ Y que importaba ya si en el cielo no volvería a posarse el sol. ¿Qué importaría no volver a abrir los ojos?. Es un mal trago de whisky y tequila, en el cual se olvidaron de darte limón y sal. Arde, te quema y escuece, así han sido siempre los tragos de tequila y así serán siempre las malas experiencias. La ley karmática dice que buen o mal pensamiento o conducta acumulará mal karma, lo que hará que sucedan momentos en la vida no agradables, que traigan sufrimiento o perturbación a esa persona. La cuestión es: "¿Y los que lo hemos hecho bien?. Es una continua espera, alimentando una rabia con un: "No hay prisa, ya pagarán", preguntándonos si tal vez simplemente, es una manera de consuelo, una auto-ayuda, una manera de dejar pasar la agonía hasta que se convierta en polvo. Ves pasando los días, sentado en el sillón y es una mala película repetida, como un disco rayado repitiendo la frase más detestada de tu disco favorito, sabiendo que esa película podría continuar, con el resto de la canción, la que siempre te gustó, te encantó y se a quedado atascada, en un mismo mal momento. Dicen que el destino no nos pone ante ninguna situación que no podamos superar, pero llega un momento en el que has intentado saltar tantas veces 'ese' muro, qué cuando parece que se a hecho más pequeño, te das cuenta que has dejado todas tus fuerzas en intentarlo las veces anteriores cuando aún era imposible. 'Todo tiene un límite' o eso dicen, pero ¿dónde está el verdadero límite?, ¿lo pone la razón o el corazón?, ¿el estado físico o psíquico?. Siempre hará falta otro trago de tequila sin limón para comprobarlo.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Eterna.

~ La noche decidió por si sola, caer antes aquella noche. Lucinda arraigaba todo cuanto la rodeaba, a aquellos sentimientos que la seguían desde su despertar aquel día. Su alma vivía en aquel pueblo, la nieve reinaba sobre él gran parte del año, y eso a Lucinda, la hacia sentir libre. Desde la ventana de su casa, podía contemplar las montañas, teñidas de un blanco que parecía puro como un ángel recién caído del cielo. Si cerraba los ojos podía escuchar el sonido del riachuelo junto a la carretera, chocando y rompiendo contra los hielos acumulados en el agua. ¿Qué más podría pedir en un lugar como ese?. Un taza de chocolate caliente, un abrigo de lana y él. Lo tenía todo exceptuando el último punto. Lucinda todo cuanto quería en días de lluvia, tormenta, sol o viento, era tener a Roger consigo. No podía parar de pensar que si él estuviese ahí no necesitaría abrigo, él la abrazaría. Si él estuviese ahí, no necesitaría una taza de chocolate caliente, él la besaría. ¿Cómo un sentimiento podía cumplir, llenar y abastecer las necesidades físicas de una persona que no estaba ahí?. Es sencillo, el corazón es físico, el amor que hay en él es invisible. Lucinda estiró las mangas de aquel abrigo de lana hasta cubrirse los dedos enteramente con él. Se sentó en su camastro, con las piernas pegadas al pecho, mirando por aquella ventana de madera, con el cristal semi-empañado por el frío. - "Espero un sentimiento que llega antes que tu presencia, pero te esperaría aun no teniendo la seguridad de si un día volverás, tú me haces eterna"- pensó Lucinda, antes de soltar una lágrima de felicidad, pensando en que sin embargo, ella sabía que si volvería. 

jueves, 23 de agosto de 2012

~ Era indispensable, algo inigualable. Tan solo estaba ella, en aquella bañera para dos, acariciando con los dedos la ausencia de a quien se ama. Echaba chorros de gel con olor a rosas, con los ojos cerrados dejando  que aquel perfume le nublase los sentidos. Posaba sus pies en el potente chorro de aquella bañera, notando como aquellas cosquillas recorrían sus todo cuerpo, anhelando a alguien con quien bromear. Era su lugar preferido, su único cuarto con pestillo, el único lugar donde las lágrimas se camuflaban con el vapor del agua caliente y chapuzones de cuerpo entero. Era una rutina, sumergirse en la bañera y sumergir sus pensamientos en aquellos discos de vinilo de los años '80, creía poder viajar al pasado si escuchaba sonidos que de personas que ya no estaban. Rememoraba cada mensaje que él la escribía, tantas de aquellas noches que el teléfono la despertaba tan solo para recordarle cuanto la quería y colgaba. No podía evitar llorar, de felicidad. Se preguntaba que haría cuando no pudiese compartir baños con él, poder asustarse el uno al otro por casa, pedir que la hiciese su comida favorita o tan solo mirarle dormir. Pero sin embargo ahí estaba él para recordarle que pasaban los años y sus promesas eran firmes, sinceras y de corazón. Y el corazón nunca miente. 'Me quedaré contigo para siempre, te lo prometo princesa'- la hizo salir de sus pensamientos, en un mensaje de teléfono más. 

viernes, 6 de julio de 2012

Feliz segundo aniversario, mi vida.

~ Podría escribir demasiadas cosas que prefiero dejar entre nosotros, en la memoria, algo que tan solo se pueda apreciar por la escasez de personas que lo sepan, así que simplemente quería dejar un trocito de recuerdo aquí, para cuando en un futuro leamos de nuevo mis entradas, sonriamos al ver todo esto.
Hoy hace dos años desde que nos conocimos, dos años desde nuestro primer beso... Pasó todo demasiado deprisa, y te recuerdo diciéndome que tenías miedo de que algo como lo nuestro tan rápido haya venido se fuese... Seguimos aquí, dos años y tu prometiéndome querer estar otros 60 más. Jamás pensé encontrar a una persona que me cuidase tanto como tú, que me quisiese y después de dos años de relación, aún te pongas nervioso cuando te beso. Siempre quise encontrar a una persona que pudiese pasar los días, en una rutina y sea más que una rutina porque estuviésemos juntos, y lo encontré, no importan los silencios, puedo disfrutarlos contigo, mientras me acaricias el pelo, mientras me muerdes la mejillas, o te diviertes cogiéndome las lorzas de la barriga. No fue fácil empezar, nadie quería que estuvieses conmigo, por físico, por celos, por los motivos que fuesen, todo eran muros, siempre tuve miedo de que eso pudiese acabar con algo como lo nuestro pero para mi sorpresa, tú decidiste tumbar esos muros, y seguir hacia adelante con lo que para ti era más importante; nosotros. Me has repetido cada día desde entonces que no te arrepientes de nada y que todo cuanto necesitas está en mi. Las relaciones no son fáciles, todo tiene un proceso, hay que aprender, y crecer y nosotros siempre quisimos hacerlo juntos por eso siempre fue todo un poco más ameno. Recuerdo una de nuestras discusiones tontas, como tantas, decidí bajarme al restaurante de la playa, mientras yo lloraba sin saber que hacer, apareciste tú, viniendo desde la otra punta de la ciudad, con la pierna rota, sin muletas, apareciste entre las rocas en plena noche, llorando pidiéndome perdón... No importa cuantos fallos cometan las personas, siempre que de ahí, se aprenda y tú me has crecer, aprender y a creer en el amor de verdad. Nunca quise rosas, ni joyas, ni regalos, solo quería ver como algo así no se apagó con el tiempo y mi mayor regalo a sido ver como se a ido cumpliendo con los años. Ver cada detalle, aparecer en mi casa un día de lluvia que tus padres no te dejaban venir a verme, con un peluche gigante, el día de San Juan hacerme un corazón con velas y en medio la primera carta que jamás hiciste a nadie, venir a la una de la madrugada a verme porque yo te necesitaba, pasarme notas de amor por debajo de la puerta mientras yo me duchaba...Para muchas personas serían simples tonterías, para mi lo que ha hecho que te quiera cada día más y desee pasar año tras año. Has cumplido cada una de tus promesas, como el día en el que nos conocimos, y por eso yo cumpliré la mía de cuidarte para siempre. Te amo mi vida, feliz segundo anivesario.
Pd: me enamoran detalles así, un día cualquiera. 

jueves, 14 de junio de 2012

~ "Falta apenas un mes para nuestro segundo aniversario, y no me hace falta cumplir años a tu lado para saber que pasaría toda una eternidad contigo. Haces que el mundo parezca fácil de vivir... y lo que más hace que te ame; haces que parezca hermoso. Te amo con todas mis fuerzas, Javi". O6.O7.2O1O.


martes, 29 de mayo de 2012

Desfiladero.

~ Y así fue, como Caroline arrancó el coche, sin dirección alguna subió colina arriba, sin pensar hacia donde, tan solo sabía que huía de algo, sin saber que eran sus propios pensamientos. Conducía con los ojos empapados en recuerdos, en recuerdos que parecían no querer volver a un presente en el que ella los necesitaba más que nunca. "Me pregunto que habrá cambiado..."- se preguntaba con la música a todo volumen intentando no escucharse a sí misma. Era curioso, pasó de tener en la misma persona todas las necesidades biólogicas del mundo, a no tener un hombro en el que llorar. Aparcó llegando a un desfiladero, desde donde se podía contemplar toda la ciudad; era como tener el mundo a sus pies. "Y qué más daría tener un mundo entero si no soy siquiera dueña de mí misma"- se decía sentandose con los pies colgando al borde del desfiladero. Movía los pies cual colegiala, esperando un algo que sabía que no llegaría. Cogía y expiraba aire como si su vida dependiera de ello, intentando controlar las pulsaciones del corazón, intentando no acelerarse pensando en todo lo ocurrido. Se preguntaba si todo estaba llegando a su fín, si ella no era suficiente, si los malos augurios y sus peores temores estaban cobrando vida en una mala novela escrita por un mal escritor. "Jamás pedí un anillo, tan siquiera una cena en el mejor restaurante de Madrid y aún así, consiguió hacerme sentir egoísta, haciéndome sentir que pedía demasiado, demasiado nunca es para quien ama de verdad..."- dijo dando un paso al frente de aquel desfiladero.

sábado, 28 de abril de 2012

Miss you.

~ Y era ahora, en ese instante, en el que la luna pedía a gritos la llegada de su memoria, pero su mente hacia horas la adelantó, siempre estuvo consigo. Las horas frente al  ordenador mirando una fotografía, escuchando una canción de esas que en vez de recordarte a una situación te recuerdan a esa persona, así es como pasaba sus horas sin él. Era una relación a distancia, en la que tan solo consolaba que la misma luna les taparía cada noche. 'Pagaría. Pagaría por tenerle aquí, que abriese la puerta de mi casa, yo, inerte en mi misma sin saber que hacer no gesticular palabra, que se acerque a mi y en volandas, en brazos me lleve hasta la habitación, sea capaz de tirarme en la cama de esa manera en la que tan solo a quien se ama, puede hacer sin dañarme más que si mi corazón partiese, que entre mil besos haya perdido la cordura y me hiciese olvidar como había conseguido adentrarse aquí, en mi casa, en mi habitación, en lo más hondo de mi'- escribía en el diario de su ordenador. Eran deseos escritos, momentos jamás sucedidos esperando una gota, un polvo, o un hechizo mágico que convirtiese cada corazonada en un momento que lo hiciese latir. 'La extraño, mi mente está con ella, con ella o no presente, con sus pupilas o no clavadas en las mías, mis ojos solo tienen miradas de seducción por ella, unos latidos que marcan al compás su nombre y un pobre enamorado que se pregunta si ella me recordará esta noche'- se repetía él cada noche antes de dormir mirando al techo de su habitación.
- "El amor es más que un número, una cantidad o una medida. Es algo que nos hace crecer, nos hace más grandes y nunca físicamente".

viernes, 13 de abril de 2012

Clock.

~ La conciencia la golpeaba, la arañaba y la gritaba cada noche y sin saber como ni por qué, sus mayores temores se convirtieron en sus confidentes. La melancolía se abría paso entre ilusiones rotas, entre caminos de planes de un futuro que se embarcaban hacia un mar sin nombre. Su mente afirmaba cosas que su corazón rechazaba como quien no acepta la muerte de un ser querido, él ya no estaba pero era evidente que aún buscaba su olor en su almohada. Podría caminar por las mejores calles de Madrid, un millón de dólares en el bolsillo y seguiría sintiéndose pobre, vacía. Era consciente de lo que su ausencia había causado; el maquillaje no servía, era inútil intentar maquillar un corazón roto. Pasaban los días en su cama buscando el descanso que su mente no la permitía, procesando malos y buenos momentos, incluída durmiendo. Cristina, así se llamaba. Tenía unos rizos color caramelo, unos ojos marrones color chocolate y la mejor sonrisa, pero sentía que ya no tenía a quien hacer feliz con ella. Paseaba entre parques y calles en donde en cada lugar, había un momento escrito, un par de nombres tallados en un árbol o un beso rememorando cuánto se quisieron. Dicen que el paso del tiempo no perdona y no espera para nadie; - 'Tan siquiera para un corazón enamorado'- pensó Cristina caminando entre lágrimas hasta aquel callejón. Se dejaba derrumbar por un sentimiento que parecía ser un 'dementor', se apoderaba de ella cada noche, se apoderaba de sus únicos recuerdos de felicidad. Era visible en su rostro, no había luz en su mirada, ni sonrisas con las que deslumbrar a los que tanto la quisieron. Decidió volver a casa, tan solo el taconeo de sus zapatos la acompañaba en una melodía que su cabeza era capaz de tatarear sin césar, mientras tanto por el camino no hacia más que repetirse: - '' Me hubiera encantado morirme en tus brazos y que mi último suspiro lo hubiesen sentidos tus cálidos labios"- dijo tirando su última lágrima a la orilla de aquel mar.

- Historia basada en una conocída mía.

Enmarcada.

~ Era desesperante no poder leer en el brillo de sus pupilas cuales eran sus pensamientos cuando la miraba, era desconcertante, hermoso e intrigante pensar que alguien puede ver en uno mismo lo que no somos capaces de querer de nosotros mismos frente a un espejo. Le repetía tres veces por segundo cuantísimo la amaba, qué jamás vió unos ojos que le hechizasen tanto como los suyos, que jamás nadie le hizo bombear el corazón de tal manera, pero era una opinión subjetiva, él la amaba. Eran escasas las veces que decidía mirarse en un espejo y decir: 'Soy así y así me quiero', porque no era cierto, sabía que ella era más que un sobrepeso en una imagen enmarcada en un espejo, más que un par de estrías y una cara que había evolucionado a peor. Se preguntaba que clase de brujería era la que hasta en sus peores días él la dijese que era la persona más hermosa y encantadora que tuvo el placer de tener jamás, la vió con ojeras, enferma, sin peinar, sin maquillar, dormida, babeando en sueños y quizás hasta roncar, ¿la perfecta imagen de una princesa?, no lo creía, pero él sí.
- ¿Qué ves en mí?, ¿qué haces conmigo...?
+ Estoy enamorado y veo el mundo en tus ojos. Y estoy con la persona que me enamoró por primera y última vez. Para mi siempre serás preciosa, princesa.
"No sé si existe un prototipo de princesa, un principe con sangre azul y una madrastra que quiera envenenarme, solo sé que los principes no escalan torres, pero tocan cada madrugada el telefonillo de mi casa si le necesito, te ama, tu princesa".

viernes, 6 de abril de 2012

Eres ese 'algo', que para mi no encuentra fronteras.

~ Y aquí estoy de nuevo, observando tu fotografía, una y otra vez hasta que el brillo de la pantalla de mi ordenador enrrojece mi ojos y con la mejor escusa del mundo, mis ojos lloran. Lloran y puedo gritar a los cuatro vientos que es de felicidad, de tenerte, de poder oler tu perfume todos los días, me he inmortalizado con tu olor, búscandolo en mi cama cada noche cuando abrazo a esa almohada que pagaría porque fueses tú. Fuí toda mi vida una romántica, con unas fantasías que eran eso y nada más; fantasías. Todo el mundo busca una persona que la quiera, que la cuide, que la entienda aunque no pueda, que le parezca hermosa aunque esté en el peor de sus días y que el mundo comience y acabe con esa persona. Y yo te conocí a ti. Me recuerdas cada día que desperté algo en ti que te hizo cambiar, me repites cada 'X' tiempo que las personas solo cambian por una gran razón, la aparición de algo explendido en su vida, un milagro y que yo fuí el tuyo y das gracias por ello... Sé que el cielo no es de color rosa pero si es contigo cerrando un poco los ojos puedo intentar verlo de tal forma. Eres capaz de hacerme reír, y llorar de cosquillas al mismo tiempo. Hayas podido o no estar cuando te necesitaba te has escapado de tu casa, has venido en plena madrugada, con o sin tormentas y has aparecido en la puerta de mi casa, solo y enteramente por y para mi. No soy una chica 90' 60' 90' pero solo sé que no existen medidas para un corazón, y que tú estás hecho a mi medida. El mundo a podido hacerme caer y haberse reído de mi al mismo tiempo y tan solo alguien como tú, un corazón noble a podido besarme delante de toda esa basura a la que llaman mundo. Por eso sé que lo nuestro va más allá de un planeta, un amor así no encuentra fronteras. Te amo, Javi.

martes, 27 de marzo de 2012

Cartas a una misma.

~  Lloraba, y se preguntaba que hizo mal, intentando buscar en si misma respuesta a una pregunta retórica, aun sabiendo que el fallo era a ver estado en el lugar y el momento indicado. Persistía en hacer el bien, de si misma brotaba vida, luz en plena oscuridad, un destello en una bombilla fundida y sin embargo sentía que nadie querría ser plena oscuridad para que ella fuese un destello de esperanza. Tan solo el básico taconeo de sus tacones al andar rompían la música de aquella guitarra y piano que sonaban en aquel toca-discos, pero le servía para poder no dejarse llevar por sentimientos con los que llevaba años intentando no hablar y de nuevo, golpeaban aquella coraza intentando entrar. "No servís, ¡marchaos!"- gritó eufórica inmersa en su agonía, mirando hacia todos lados, como intentando ver las notas flotando en el aire. "Sois pura decepción, sois como lágrima sin sal, como un fuego sin leña, como una chispa sin oxigeno, ¡marchaos!"- gritó aporreando el escritorio de la sala de estar. Se sentó en su butacón de piel roja y se dejó llevar, sentía que en cada gemido de dolor no físico, un golpe se liberaba, la dejaba semi-libre. De repente un flash la hizo reaccionar, en aquel escritorio era donde siempre guardó sus cartas que sabía se enviaría a si misma de mayor para recordar quien era antes de que una sociedad y un futuro, la hicieran olvidar quien fue. La locura la hizo abrir cajones por doquier, moviendo folios entre facturas y publicidad, ahí estaba, todas sus cartas juntadas por una goma. Arrastró todo cuanto había encima del escritorio incluido el flexo que la iluminaba y acabó en el suelo, por un segundo dejó de pensar y sentía como el corazón le daba las gracias, por no martirizarse durante aquellas estupendas décimas de segundo que su mente estaba inmersa en un pasado mejor. No podía, la habían desmagullado por dentro, no era la misma pero su madre siempre le dijo que la esperanza era lo último que se pierdía y ahí estaba, intentando encontrar a Sophie entre cartas que un día escribieron su puño y letra. Encontró una carta que le llamó la atención sobre todas las demás; 22-3-83. Empezó a leer, sabía que algo la llevó hasta aquella carta, no sabía si las notas del piano, la angustia que la manejaba o simplemente uno de esos presagios que nunca le habían llevado a buen puerto. De repente la música dejó de sonar y Sophie dejó caer la carta sobre sus rodillas, tan solo una lágrima de mil que había podido derrochar en día bastó para ser libre, al leer de su propio puño y letra: "Recuerda que el mundo es capaz de abandonarte, dañarte quizás hasta olvidarte, pero siempre que te mires a un espejo, tú serás eterna, tú alma también, sé buena con o quienes no lo merezcan, por ello todos te recordarán algún día, y tú misma también".

viernes, 9 de marzo de 2012

Pagaría por tenerte todas las noches.

~ Conozco esa sensación de estar en la cama, con sueño y que no quieras dormir por seguir 'soñando' despierta un rato más, escasos minutos, tal vez segundos pero son maravilloso si sabes con que soñar. No es preciso tener alas para sentir que vuelas, que los pies no rozan el suelo y que tus manos casi rozan la luna, es tan simple como tener la mejor nave espacial a la que llaman 'amar'. Cuando no puedo dormir mi único pensamiento es encender el ordenador y pasarme las próximas tres horas, cuatro incluso quizás, mirando tu fotografía. Tal vez sea como tomar una manzanilla o una taza de tila, me tranquiliza y supongo que inconscientemente buscándote en la distancia todas las noches, busco tu ausencia en mi cama para poder conciliar el sueño cuando por desgracia en las noches, aún no puedo tenerte.

domingo, 4 de marzo de 2012

Miradas desde un mar.

~ Era uno de esos días en los que uno se pregunta si podría ser peor y siempre se venía a la cabeza: "Claro que puede, y será". Caminaban por aquel puerto agarrados de la mano apenas sin apenas gesticular palabra, se miraban de reojo haciendo caso a un orgullo que iba cientos de pasos atrás a sus sentimientos; se amaban con locura. Ambos miraron a su derecha, y tan solo se podían ver inmensidad de barcos y yates con el ligero toque del brillo del sol cayendo tras el horizonte en el mar. Eran capaces de sentir como el orgullo iba descendiendo al compás del sol, como la distancia entre ellos se iba acortando como tan solo un sentimiento es capaz de acercar a una persona en la otra punta del mundo, y ellos se tenían a escasos milímetros. Tras un par de minutos caminando sin rumbo tanto en la calle como en su interior decidieron sentarse en aquellos bancos en donde a escasos pasos, podrían pisar el mar si lo deseaban, era una imagen digna de recordar tal cual se veía, eran imágenes por las cuales valdría la pena vivir y con más razón si él constaba en ese recuerdo. Uno al lado de otro, con la mirada perdida y un sentimiento que se encontraba cada vez más presente y más notable cuando se despistaban se sonreían, es sencillamente un gran trabajo no sonreír si aún conservaban semejante regalo como tener a la persona que te da la vida cada día, y ambos lo sabían. Él disimuladamente iba acortando una distancia que era cada vez estrecha, ella bajaba la guardia, estaba inmersa en pensamientos que quizá al preguntarla ni sabría, pero él tenía un solo objetivo; hacerla saber que nada era más fuerte lo que hay entre dos corazones que se sienten uno solo. Se acercaba junto a ella a cada mirada que ella no le regalaba, y en tan solo un segundo ella le vio, tan cerca, tan presente, que el orgullo se quebró contra el suelo y una sonrisa fue la respuesta que él tanto buscó. Él apoyó su cabeza en su hombro, apartando su pelo y susurrando en su oído: 'Te amo y eso nunca cambiará".

lunes, 27 de febrero de 2012

Stanford.


~ El invierno de nuevo se acercó a las calles de Stanford y con él, la llegada de Jesse. Habían pasado meses desde él abandonó su ciudad de origen para reencontrarse con sí mismo pero desde aquellas últimas navidades pasadas, eso jamás sucedió. Conducía por la carretera perplejo, distraído a la par que nostálgico; era tan nuevo y tan conocida aquella sensación de volver a casa...No podía, aquella sensación le arañaba desde dentro, desgarrándole la poca cordura que Samantha dejó en él. El coche paró en seco, se quitó el cinturón de seguridad y salió del coche, como si todo aquel trayecto hasta ese lugar hubiera contenido la respiración. "Y dime...¡cómo debo seguir si tú eras mi guía, mi estrella polar, eras mi luz al final del túnel y ahora no veo nada!"- gritó pegando un portazo a la puerta del coche. Se apoyó en la parte trasera del coche  y fue descendiendo hasta quedar sentado en el suelo con la cabeza apoyada en sus rodillas, tan solo con el ruido del motor y unos llantos apenas perceptibles para quien no sabe que duele más aquel que calla. Pasaron minutos, quizás horas, pero la conciencia del tiempo se paró una vez entró en Stanford y Samantha como un rayo de luz penetró en su mente sin permiso, galopando hacia sus recuerdos. Con lágrimas en los ojos decidió adentrarse en el coche sin pensar y de nuevo condujo, con aquel remolino en el estómago. Allí estaba, de nuevo, frente a una casa con la cual un día soñó con llamar 'hogar', pero para él perdió todo aquel significado si dentro no estaba ella, y la familia que un día soñaron formar juntos. Abrió la puerta y todo estaba desierto, los pocos muebles que dejó tapados con sábanas blancas, era un ambiente más que tétrico para Jesse. Dejó la puerta abierta y se dirigió hacia coche para coger las escasas maletas que se llevó consigo al marchar. Subió las escaleras, escalón a escalón sentía que enfrentaba a un pasado que era más que un presente para él, pero ya no había marcha atrás, formaba parte de él y encontrarse consigo mismo, era algo que había aprendido después de repetirse una y otra vez, que ella siempre sería parte de su vida, hubiera decidido marcharse sin él o no. Dejó sus maletas en un rincón de aquella habitación color azul grisáceo, se acercó hacia una esquina de la habitación y en cada pared se encontraba una ventana. Era el rincón de pensar de Jesse, recordaba haberle puesto aquel nombre después de diferentes discusiones con Samantha y siempre haber encontrado la solución acercándose a aquel lugar y pensar en ella, en un solución y haberse encontrado en un beso. Crujió, y un escalofrío recorrió como un dedo helado la espalda de Jesse. Se giró rápidamente como una alerta que no se percibe, un sexto sentido. En aquel instante un chasquido de le hizo perder el conocimiento aun siendo consciente de que él ya no formaba parte de su cuerpo, estaba fuera de sí. Se vio desde fuera flotando en el aire, frente a las ventanas de aquel rincón, conocía aquel aroma que estaba por llegar, aquel dolor tan placentero que tan solo sentía en aquella casa, y sabía que era la única manera de reencontrarse con ella. "Bienvenida fue la muerte que has traído a mi, te extrañaba, Samantha"- susurró antes de caer sin pulso al suelo.


lunes, 13 de febrero de 2012

El lugar más deseado.

~ Aún lo recuerdo, sí, no me cabe la menor duda, fue aquella playa, en aquél rincón, aún noto su presencia. Las olas chocan con la misma furia y el mismo estruendo que aquella tarde, lo único que la diferencia, es que aquella tarde su risa sobrepasaba cualquier sonido entre millones, su voz era mi guía. Juraría que aún, si cierro los ojos y extendiendo los brazos con todas mis fuerzas, podría sentir su torso apretando el mío, prometiéndome jamás soltarme si yo lo permitía. Grabada en mi mente está, esa infantil pero tan hermosa muestra de cariño, con un corazón dibujado en la orilla del mar, mientras entre besos, la marea lo borra...quién fuese corazón de arena para arrastrar consigo los recuerdos. Aún lo conservo, sí, su cuaderno...aún conserva la rosa seca qué prometí no sacar hasta que mi amor se secase al mismo ritmo con el cual la naturaleza, desgasta un corazón. Aquél empujón que paralizó mi corazón en cuestión de segundos, encrespando ese peinado el cuál llevó horas de preparación, tan solo para él, y lo mejor de todo, fue tener qué caer al mar con él, para darme cuenta qué no importa el lugar, sino que la persona con la que estés, sea el mejor lugar que pudieses desear. 



Jugando a ser mayor.

~ El sonido del agua que corría vagamente por el plato de la ducha, la tenue luz de las velas previamente encendidas , le daba la tranquilidad qué necesitaba para relajarse, esperando su llegada. Sentada en el borde de la ducha, mientras las llemas de sus dedos acariciaban la superficie del agua haciendo ondas con forma de corazón.Pobre analfabeto el lenguaje del amor. Libre de ironías, libre de palabras. Danzaba al sonido de aquél vulgar disco de Jazz , intentando que sus pensamientos, al moverse al mismo ritmo, volasen, volasen por la ventana junto a los miedos que estaban por llegar. Se hacía tantas preguntas... Pero lástima, el reloj no conoce de inquietudes. Aquellas mallas color marrón, esos tacones expresamente comprados para la ocasión, aquél perfume que la caracterizaba, no podían faltar esa noche. Las piernas le flaqueaba cuál criatura recién nacida pero qué diantres... la ocasión era parecida, ella decidió echar a caminar con esos tacones los cuales aún ni dominaba, intentó como todas, demasiado pronto, intentar jugar a ser mayor.

Rayo de Luna- Gustavo Adolfo Bécquer.

" Y esa mujer , que es hermosa como el más hermoso de mis sueños de adolescente,que piensa como yo pienso, que odia lo que yo odio, que gusta de lo que yo gusto, que su espíritu es hermano de mi espíritu, que es el complemento de mi ser , ¿no se ha de sentir conmovida al encontrarme?¿No me ha de amar como yo la amaré, como la amo ya, con todas las fuerzas de mi vida, con todas las facultades de mi alma?" [...] " Vamos, vamos al sitio donde por primera y única vez que la he visto... Quién sabe si, caprichosa como yo, amiga de la soledad y el misterio, como todas las almas soñadoras, se complace en vagar por entre ruinas en el silencio de la noche."♥
Gustavo Adolfo Bécquer.

Time to time.

~ Sin saber cómo ni por qué, sus esquemas se quebraron contra el suelo, a la par que aquél marco con su fotografía,rebentó el cristal contra el suelo haciendo de su estruendoso ruido,un eco vacilante que acompañaba su grito de desolación.La fotografía desgarrada, acompañando a su corazón en aquellas profundas pero casi invisibles heridas. Siempre se preguntó como pudo llegar al extremo sentir alfileres dentro de sí,sin tan siquiera tocar objeto alguno, pero recordó las palabras de su difunta madre aquella noche en la que todo, dejó de tener sentido : " Siempre estaré contigo ". La locura apoderandose de si misma sin pedir permiso, la hizo enloquecer, pidiendo a gritos la imagen de su difunta madre, un abrazo que la controlase, un beso que al fin, la calmase. Los copos de nieve aún seguían acumulandose en el poyato de la ventana, le tranquilizaba respirar el aire frío que congelaba sus pulmones, pensar que algún día,al igual que el invierno,la paz, llegaría por fín a su alma.Era cuestión de tiempo,cuestión de soñar.

Solo tú.

~ Será tu olor que me atormenta o tu recuerdo tras haberte marchado hará escasas horas de mi habitación. Sé que cuando te enamoras el mundo está boca abajo, incluido el corazón. Eres capaz de hacerme morir en el peor de los ataques de cosquillas, aún haciéndome sentir más viva que nunca, sé que si es contigo, nada malo puede pasarme. Siento como el corazón me estalla, se reconstruye y vuelve a su lugar cada vez que me susurras, cada vez que al traspasar la puerta de mi casa empiezas a sonrojarte, después de casi dos años de relación, como hablas a tu madre de mi, e insinuándole que si te permitiría pedirme matrimonio en un par de años... Recuerdo nuestra primera noche juntos, y desvelarme en mitad de la noche, turbia, perdida... y habías sido tú, intentando besarme toda la noche sin despertarme... para poder verme dormir, y desde que sé lo que es dormir sabiendo que te tengo, escuchando tu respiración,no hay noche que no te extrañe antes de cerrar los ojos. Sé que podría escribir la más bella historia de amor juntando tu nombre y el mío, pero por ahora, antes de escribir el segundo Quijote de amor, prefiero vivirlo, sentirlo.

domingo, 5 de febrero de 2012

18 meses a tu lado.

 ~ La vida para mi a cambiado, y doy gracias porque desde que apareciste tú siempre a sido a mejor. Eres la persona que puede determinar mi estado de ánimo, hacerme llorar a morir, o simplemente con una mueca haces que se me olvide que el mundo se viene abajo. Dicen que podremos olvidar a quienes nos hicieron reír pero jamás a quien nos hizo llorar, y yo creo que no es del todo cierto, porque si hecho la mirada atrás desde estos diez y ocho meses, todo cuanto imagino, son buenos momentos contigo, no importaba donde o cuando, contigo ya era un momento digno de recordar para siempre. Jamás nos hizo falta un papel o un cura que nos dijese: "En la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza". Tú has estado a mi lado en cada momento en este largo transito de tiempo y ambos sabemos que no ha sido mi mejor año pero no lo cambiaría por nada del mundo, tú has estado conmigo y eso simplemente hace que por muy malo que fuese, haya sido también los mejores momentos de mi vida hasta día de hoy. ~ No podría darte las gracias suficientes veces por las veces que te plantabas en el instituto fugandote del tuyo para que yo simplemente estuviese tranquila, que si algo pasase, tú estarías ahí para protegerme...una vez más. Has estado a mi lado en las noches en las que el llanto podía conmigo más que mis ganas de sonreír e hiciste como siempre, que todo pareciese menos malo. Hemos reído y hemos llorado juntos y siempre y repito siempre, voy a recordar las noches que te he necesitado y a la una de la madrugada, has aparecido en mi puerta llorando pidiendo que te perdonase. ~ Intento contar en un par de líneas tantísimo tiempo pero realmente no necesito contar por aquí todo esto, tú y yo lo sabemos y con eso basta. Tan solo quiero dejar mi pequeña hueya aquí para que dentro de otros tantos meses, podamos mirar entradas pasadas y sonreír pensando: "Fíjate, seguimos igual y mejor". Como hemos hecho siempre. Se nos ha presentado el muro más grande del mundo y eso no a sido nada para nosotros, jamás nos fue fácil pero eso a hecho que lo nuestro desde el mismo día en que nos conocimos, haya sido más que una historia diferente. ~ No necesito que nadie me alague, que hablen buenas referencias sobre mi, me sobra con que me sigas mirando cada día como lo hace desde aquel seis de Julio de dos mil diez. Sigo viendo la luz al final del camino cada vez que me reencuentro en tus ojos. Sigue encendido toda la vida para mi. Te amo y sobran el resto de las palabras, pequeño samurai.



viernes, 3 de febrero de 2012

Brisa.

~ Despertó, empapada en sudor una noche más. Despertaba entre sollozos de agonía y palpitaciones desembocadas. Envuelta en rabia golpeaba el colchón, estiraba de aquellas sábanas, gritaba sumergiendo su rostro en la almohada y llorando al fin dejando sus fuerzas en aquella habitación, noche tras noche apaciguaba aquella tormenta que la atormentaba. Habían pasado escasos meses pero su recuerdo era tan presente como sentir el aliento en la nuca, tan presente como entre silencios escuchar su voz. No podía, la culpa le arañaba desde dentro, desgarrando cada gota de vida que goteaba desde su 'yo' interior, ya no era la misma. Sus mejillas ya no eran rosa color salmón, su sonrisa ya era un espejismo para aquellos que la esperaban ver sonreír, y su voz ya no cantaba debajo de aquel sauce. Echó a caminar, inconscientemente estaba ahí, de nuevo, parecía ver su silueta entre sombras, pero sabía que era la desesperación quien le jugaba aquellas malas pasadas. "Jamás podré perdonármelo, ¡vuelve!, ¡necesito escuchar tu perdón!- gritaba golpeando aquel sauce con los nudillos rasgados con los primeros signos de sangre. Cayó de rodillas con su frente apoyada en el tronco de aquel árbol, la brisa llevaba en su compás el llanto de Caroline. Sacó del bolsillo de su vestido un reloj antiguo que hacia tiempo marcaba siempre la misma hora. El tiempo no había sido quien paró aquel tiempo al igual que las ganas de vivir de Caroline, habían sido ellos; Caroline y James. "¡Tú me lo prometiste, prometiste que este reloj significaría que para nuestro amor no existían límites de tiempo!-gritó lanzando a lo lejos aquel reloj que quedó echó trizas en algún lugar de aquel parque. De repente, un gran escalofrío acaricio la espalda de Caroline. Sin saber porque se puso en pie y comenzó a correr, sabía cual era su próximo destino y estaba decidida, llegaría hasta el final. "Me dijiste que jamás me faltarías, que mi amor era la mejor cura pero no lo fui para el cáncer. ¡Ahora muero yo de dolor sin ti, grito a la nada y no pude gritarte cuanto te amaba!"- gritó por última vez arrojando un ramo de flores...a la tumba de James.

jueves, 2 de febrero de 2012

~ Pasan los meses a tu lado y parecen escasos minutos. Tal vez sea porque lo bueno pasa rápido, pero en ese caso estos casi dos años deberían de haberse pasado en un suspiro. Espero suspirar hasta el día de mi muerte, si así mi corazón muere sonriendo gracias a ti. 

viernes, 20 de enero de 2012

La noche del baile.

~ Al fin llegó la noche del baile, parecía no llegar nunca. En su cama posaba aquel vestido, tan escrupulosamente elegido para la ocasión, aquel lazo de dimensiones despampanantes y su horquilla de brillantes, estaba preparada. Podría contar cada día que estuvo esperando aquel momento pero podría perder la cuenta ya que solía perderse en sus imaginaciones. Era el siguiente nivel de soñadora, tímida y misteriosa pero tal vez, todo aquello que escondía en el caja torácica, debajo de las costillas, donde se anclaba su corazón, es todo cuanto llamó la atención de Michael. Anne se se sentó en aquel butacón viejo del comedor en donde las horas parecían congelarse como un corazón en el limbo, las horas parecían ir en contra de sus ansias, pero valdría la pena la espera. Al fin, el reloj marcó las 20:00 y le faltaron tiempo y piernas para subir aquellas escaleras hacia su alcoba. Ya estaba todo listo, aquel vestido era más que un traje, era el vestido con el que su difunta madre, enamoró a su padre Peter, aquel vestido, era historia. "Te hecho de menos..."-dijo Anne acariciando los flecos de aquel vestido mientras se observaba de perfil. Caminó haciendo sonar aquellos tacones de Channel azules sobre el parqué del pasillo hacia el aseo... y ahí se encontraba, frente al espejo, intentando convencerse a si misma de que la noche superaría todas las espectativas de unos sueños que hasta ahora, parecían sumamente imposibles. Agachó la cabeza hacia el lava manos y no pudo evitar cerrar los ojos y que una cristalina lágrima, resbalase por su maquillada mejilla. Su padre sigiloso la observaba desde hacia minutos observarse al espejo, sabía que ya no era una niña y que tarde o temprano, partiría al igual que su mujer hacia otro destino, en brazos de otro hombre. Se acercó y rodeó a Anne con sus torridos brazos y tan solo en aquella casa se puso escuchar: "Eres la viva imagen de tu madre, tan solo por ello, sé que cualquier hombre querría estar a tu lado y si por el contrario no sucede así, siempre tendrás aquí... a tu padre".

martes, 10 de enero de 2012

Algo así solo podría ir por alguien como tú. Te amo. ♥

~ Era irracional, al menos aquel sentimiento. Podría buscarle mil "por qué" pero no hallaría respuesta alguna. Cada neurona de su cerebro estaba dedicaba exclusivamente a su memoria, a su recuerdo. "Es todo cuanto una persona podría desear, y es mío"- se decía distraída observando su álbum de fotografías en el que él constataba. Sonreía, le recordaba cada día esperando el momento de verle de nuevo. Eran más de doce horas diarias las que estaban juntos y otras doce recordándose el uno al otro... Era una vida en común desde que el destino, les hizo encontrarse. No había un recuerdo en el que él no la hubiese hecho reír, día en el que ella no le haya necesitado y aún siendo plena madrugada, él no hubiese tocado a su telefonillo, haciéndola saber que él estaría en su puerta, siempre que necesitase un abrazo, era él. Le recordaba llorando en cada discusión por no perderla, esos cálidos besos que habrían vuelto a la vida cualquier corazón muerto décadas pasadas. Veía el universo en sus ojos, y la magia era palpable en el aire cuando él estaba cerca. Le buscaba defecto día a día, intentando no asustarse y pensar: "Es imposible, algo debe ir mal", pero hay veces que debemos aceptar que si el mundo no es perfecto es porque hay personas que sí lo son y personas como yo, que no pueden llegar a creer, tener semejante persona a su lado. Te amo, mi vida. Jamás podré explicar en un mísero texto, cuantísimo has hecho por mi, jamás podré agradecértelo lo suficiente.