jueves, 29 de diciembre de 2011

Ecos de mar.

~ No podría. No podría encontrar explicación alguna para describir aquella noche; estaba junto a ella. Era imposible no desviar la mirada entre copa y copa, o simplemente, rozarla incauto al pasar. Habían demasiadas personas en aquel local, pero era evidente que su rostro era el único que llamaba su atención, no había ninguna como ella y podría jurarlo. Habían sido tantas veces las que había soñado con tenerla consigo una noche como esa, en una playa de arena fina como aquella y al fin estaba ella, con su vestido de seda blanco, escote de palabra de honor y aquel perfume que sería capaz de perturbar cada uno de mis cinco sentidos. "Ven conmigo..."- dijo él susurrandola en un segundo al oído. "Les perderemos, no podemos separarnos, hay demasiada gente"- dijo ella intentando no dejarse seducir. Ella le contemplaba con un brillo en los ojos que cualquier persona habría podido deducir que entre ellos y un par de palabras, había más que química. Era mágia. La cogió de la cintura temiendo perderla, en aquel lugar o en cualquier momento de su vida, sabía que era ella la que tanto esperó. Por aquel paseo marítimo tan solo se percibía el taconeo de sus zapatos, y el corazón a mil de ambos. "No puedo esperar más, y si espero, temo echarme atrás"- dijo él con la cabeza gacha hacia la arena. "No temas, yo estoy contigo, ¿recuerdas?"- dijo ella con una media sonrisa en los labios. "No, no estás conmigo, por eso mismo te he traído aquí. Dime ven, y yo por ti lo dejo todo"- dijo en pocas centésimas de segundos, antes de besarla, sin más prisa que la de al fin, tenerla consigo. 

miércoles, 28 de diciembre de 2011

'Gates of Heaven'

~ Era la hora. Debía partir de nuevo hacía su lugar de origen; Luxemburgo. La melancolía le abordaba en cada paso hacia el aeropuerto, pero sabía que aquella clase de sentimientos, solo acaban de empezar. De camino a su nuevo pero ya conocido hogar, sacó de su bolsillo una fotografía tan hermosa como antigua. "Aquel era mi destino, no el vuestro...yo debí estar en aquel coche aquella madrugada. Era mi hora, no la vuestra..."- se dijo girando la cabeza hacia la ventanilla del avión intentando no llamar la atención. Ahí estaba, la verja de 'Gates of Heaven', su nuevo hogar. Caminaba por en sendero entre carriles de nieve, escuchando crujir la nieve bajo sus pies. Era un lugar hostil, frío a la par que encantador. Claries tenía escasos recuerdos de aquel lugar, todos antes de ser adoptada por la familia 'Simplier'. A sus quince primaveras volvía a verse sola, sin una madre a la que acudir en las noches de tormenta, o un padre al que abrazar cuando las cosas fuesen mal. "Venga quien venga por mi, vosotros siempre seréis mi verdadera familia"- dijo besando por una vez más aquella fotografía.
Suspiró y sin más preámbulos tocó a la puerta. Era imposible, era Amandine, la cocinera del orfanato, aún la recuerda dándole pedazos de pan a escondidas de las cuidadoras. "¡Pequeña Claries!, ¿tú de nuevo por aquí?, qué desafortunado el destino aunque alegra este viejo corazón de verte de nuevo por este lúgubre castillo"- dijo Amandine con su única aunque más arrugada sonrisa que hacía diez años. "¡Amandine!- las fuerzas le flaquearon, era lo más parecido a un ser querido que tuvo en aquel lugar y al fin, el llanto comenzó- "Yo no debería estar aquí, ¡no!, ¡yo no!". Amandine fue informada de la muerte de los padres de Claries, por lo que todo cuanto pudo hacer, fue decirla en una brazo, que todo iría bien. Pasaron las horas en la cocina, Claries sentada en su maleta con lunares mientras Amandine, preparaba la cena para los niños. Después de situarse en aquel castillo decidió ir a descansar, Amandine la acompañó hasta su aposento. "Querida Claries... prometeme que...si notas algo extraño, por estúpido que sea, me llamarás, gritarás o simplemente, hazte notar"- dijo Amandine mirando preocupada hacia los lados de aquel oscuro pasillo. "¿Ocurre algo que deba saber?- preguntó más que curiosa Claries. "No cielo, no has de preocuparte, simplemente, prométemelo"- dijo con el rostro más serio de lo que pudo recordarla algún día. "Lo prometo"- dijo cerrando la puerta de aquella misteriosa habitación. La habitación no era demasiado grande, pero le valdría. Tenía una preciosa mesilla de dormir de estilo gótico el cual ya sabía que utilidad daría; sus recuerdos. Decidió husmear un poco, por si quedaban restos de el antiguo 'inquilino' de la habitación, para informar a Amandine. Todo era normal hasta que de repente... el armario. Se escuchó un crujido, no pudo evitar soltar un pequeño sollozo. "Qué demonios..."- dijo en voz baja sin quitar la vista del armario. No podría dormir sin ver que había en ese lugar. Se acercaba paso a paso, como si intentase que fuese lo que fuere ahí, no la descubriese a ella. Estaba frente aquel armario, dispuesta a vencer sus miedos. De repente, un flash del pasado le vino a la mente. "Los armarios..."-susurró- fueron los grandes perturbadores de la tranquilidad de Claries durante su infancia, algo la vigilaba por las noches, la susurraba al oído cosas que al parecer, su mente había bloqueado durante todos estos años, hasta hoy. "¡No os tengo miedo!, ¡No te tengo miedo!...Ahora...¡no tengo nada que perder!- gritó a el eco de aquella habitación mirando hacia todos lados esperando ver a ese 'algo' al que se dirigía. Pegó una patada al cerrojo de aquel armario y se abrió de par en par. Nada, es todo cuanto había a simple vista. No podía más, eran tantas cosas juntas. Se derrumbó y se sentó en el armario apoyando su cabeza en las rodillas, con su única compañía; la soledad. De repente, algo tras de si. Comenzó a temblar, en cada suspiro se podía ver su aliento congelado en el aire, estaba entumecida, y sus cuerdas vocales eran incapaces de pedir auxilio, quedó sorda durante un segundo y todo cuanto pudo escuchar fue: "El pasado siempre vuelve, y tú has vuelto a nosotros"- y aquella oscura y macabra voz, se tragó a Claries, dejando como única prueba de su existencia, aquella fotografía de la cual misteriosamente, Claries ya no formaba parte, en aquella fotografía solo constaban sus padres y en medio en el cual ella figuraba, un vacío, una 'no existencia'. "¡Amandineee!"- fue el último sollozo de agonía, que pudo recordar la cocinera después de rezar por ella sabiendo que aguardaba...en aquella habitación.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Viento.

~ Cruzando aquel callejón de la plaza, de nuevo, aquella sensación de que volvería a pasar, sin duda, sabía que acechaba de nuevo. Galopaba raudo sobre 'Pegaso', fiel confidente. Tan solo el griterío del populacho y los zancos de Pegaso le sacaban de esa nube de desesperación, sin saber cuando o como, volvería a suceder. Ahí estaba, aquella sombra, aquel perfume y aquella capa roja que parecía rozar el suelo haciendo de su dueña la sensación de levitación al caminar. "¡Arre Pegaso, arre!"- ordenó sin más preámbulos, no hablaban sus ansias, sino su desesperación. Sin ver aquella sombra podría jurar perseguirla sin verla, tan solo con sentirla. "No huyas, te lo suplico, ¡espera!- dijo él controlando sus ganas de atraparla al fin. Paró en seco y tras suya Pegaso, desconcertado en porque de su fin de carrera. "Brillaré cuando el sol esconda sus brazos, a mi abrazará la suave brisa del puerto en el cual una vez le estuve esperando; a vos"- dijo sin apenas mostrar su perfil. Pero de repente algo la hizo reaccionar, miró a todas partes, no sabía a donde ir, zarandeaba aquella capa y echó a correr. No podía perderla ahora; conocía el sonido de su voz, ahora al fin, tendría melodía para aquellas canciones sin musa. Tomó una curva galopando, al lado de la catedral, al borde del precipicio quedó su vestimenta, la capa y un hilo de oro. Con el corazón en pausa y en un paro cardiaco inminente saltó de Pegaso sin pensarlo aún en marcha, se acercó al borde del precipio y miró al mar: "Es físicamente imposible, ¡no le ha podido dar tiempo!".
De cuclillas tan solo persiguiendo a su instinto posó en su brazo izquierdo la capa, no pudo evitar olerla, al fin sabía a que olía la mágia, el misterio y aquella encantada pero invisible mujer. Una carta, en aquel bolsillo junto con el hilo de oro en la cual con una perfecta escritura cursiva se podía leer: "Seré como el viento en tu espalda, te empujaré a lo más lejano pero no te dejaré caer, pero tan solo cuando me busques,  desapareceré".

viernes, 16 de diciembre de 2011

Reloj en pausa.

~ La acariciaba. Tan solo el tacto de aquellas sábanas era quien la abrazaba cada noche, esperando cambiar aquel tacto por el de la yema de sus dedos caminando sobre su espalda. Añoraba soñar, poder despertarse sin lágrimas en los ojos, sin el corazón en un puño pidiendo clemencia al recuerdo que la torturaba con su imagen, una y otra vez. "La peor pesadilla comienza cuando despierto y desaparece el sueño, no su recuerdo"- entre lágrimas de socorro se decía escondiéndose bajo su almohada. Era incesante. Quitarle las pilas al reloj no harían que se detuviese el tiempo en aquel instante, en aquel sueño eterno que tan solo su alma buscaba, al cada noche introducirse en su alcoba. "Recuérdame, será mi única y mejor recompesa si ya en mi vida no estás"- era su único consuelo, la voz de su conciencia en que en casos extremos hacia cara al optimismo. El reloj marcaba las tres de la madrugada y en su corazón una hora en pausa, desde que se fue. Abrió la mesita de noche, intentando escarbar en aquel cajón, simulando aquella hurga como un pequeño baúl de los recuerdos; sus recuerdos plasmados estaban ahí. "Un trozo de papel y consigo un trozo de mi corazón, qué paradójicas son las leyes del corazón"- se decía entre medias sonrisas de tristeza. Posicionada boca arriba le quedaba la esperanza de que cada día la luna volvía a sonreírla, recordándola que tan solo cuando el sol cesase, su recuerdo sería presente, directo e inigualable. Una noche más, sería suyo, como tantas otras en secreto de un alma enamorada, un alma que sin duda, sufría encantada por amor. 

lunes, 12 de diciembre de 2011

La leyenda.

~ La luz de aquellos rayos de luna penetraban como si aquella noche las estrellas hubiesen concebido a la luna.
Era tenebroso a la par que hermoso, aquel paisaje, ver como la suave brisa de la primavera azotaba los robles, al son de la melodía del bosque. Podría haber soñado y deseado una noche como aquella pero jamás sin sospechar que ella  fuese a convertirla en realidad. Las cortinas de seda blanca le hacían pensar en como sería cuando la acariciase, cuando de nuevo ella, estuviese entre sus brazos, como haría de su torso, su protección. Contemplaba las agujas del reloj al ritmo que el minutero dictaba los disparos de sangre que provocaban su corazón al resto de su inerte cuerpo, esperando su llegada. Podría haber descrito su olor, podría haber saboreado una de sus mirada pero sería incapaz de dictar que le gritaba el corazón que su boca no le permitía pronunciar. "Un cabeza loca" le llamaban, antes de conocerla. El mundo puso a sus pies y en sus manos su corazón postró. "Entero te concedo mi corazón, aun sabiendas que cuando tú así lo decidas, pueda acabar misero muerto, destrozado o simplemente petrificado, por vos" - dijo él escribiendo en su diario a escasos segundos de su llegada. En aquella mesita de noche guardó aquel cuaderno que conservaba sus sentimientos en puño y letra, sabía que si algún día su corazón desfallecía, aquellos breves relatos le recordarían, que era estar enamorado. El timbre, sin más preámbulos sonó. "Tan solo de un sonido monótono y frío, ella podría hacer bailar de alegría mi alma"- se dijo entre susurros y sonrisas entre comisuras escondidas.
[...]
Las horas parecían volar a su lado, al igual que su alma estaba a metros del suelo, volando junto con su imaginación, de un futuro juntos que tanto solo el destino, podría revelar.
Descorchando aquella segunda botella de vino se embriagó aquella habitación, entre miradas de deseo, de algo que sabían, podrían pagar caro con sus atrevimientos, pero... antes de poder servir la primera copa, lo único que mojó sus labios, fue la calidez de su boca. La sujetó en brazos sin más conciencia ni pensamiento que la de poseer la, ahí y ahora. Eran cuerpos en llamas que pedían a gritos de silencio incendiar la ropa para al fin poderse quemar juntos, cuerpo a cuerpo.
[...]
La luna fue la única testigo de aquellas palabras, de aquellos besos que sin pronunciar palabra sellaron un amor sin necesidad de contratos, escrituras o simplemente menciones de amor. Se tenían cada amanecer desde aquella mágica noche, en la que no solo fue concebida la luna en el firmamento. Aquella noche, nació la leyenda que hoy llaman; "amor".



sábado, 10 de diciembre de 2011

Cadenas.

~ Desde que el mundo es mundo el ser humano a intentando reventar unas cadenas no físicas, aquellas que nos arrastran a un pasado o un futuro no elegido por el individuo, pero en pleno siglo veintiuno hay más que una cadena, en todas las edades, en todas las etapas de una vida; el sentimiento.  El alma decide almacenar cada sentimiento, pero el cerebro, supongo a mi pesar, prefiere llamarlo recuerdo, por no dañarse más, aún habiendo pasado el tiempo. Olores, fragancias, perfumes que significan algo, y de nuevo es un error, no significan o recuerdan un momento en la etapa de una vida, las glándulas olfativas al detectar dicho olor manda esa sensación al cerebro, y aún no siendo el cerebro quien está guiado por el corazón, nos recuerda a esa persona.
Son anclas de guerra, cada recuerdo, y cada cicatriz de una batalla perdida. No existen cirugías para un corazón roto y en ocasiones, eso se olvida. Una célebre frase dice: "El ser humano es irónico, necesita ausencia para apreciar la presencia", y es tan cierto como que el corazón no entiende idiomas, fronteras o creencias. Un clavo saca a otro claro, creo recordar a personas decir. Sí, un clavo saca a otro clavo, pero no todos los clavos miden igual. El pasado es un prólogo de lo que está por venir. Tan solo hay que a segurarse de que el próximo clavo, sea más grande que el anterior, que sea capaz de llenar tu alma y cada centímetro de tu pensamiento y que cuando estés con esa persona, sea la más placentera de las condenas, el tener que pensarle a cada instante, y que cuando echemos la vista atrás el pasado empiece cuando le conocimos. 

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Camino de rosas.

~ Aquél muro de fotografías que guardó en sí mismo tantos sentimientos como personas que decidieron marcharse, sin más, que decidiendo no regresar. Lo contemplaba con un ríos de mar salada en la comisura de sus ojos, a un solo parpadeo de formar cataratas sobre sus mejillas. "No seas idiota, nadie valió la pena, hoy no están, ese era su destino"- se decía cerrando los ojos al mismo tiempo que sus puños. Recordaba cada carcajada, cada promesa que quedó en aire y hoy, no están. "Amistad... como concepto es hermoso, pero tan solo así, como concepto"- se recalcaba a sí misma contemplando en un espejo cual reflejo devolvía la imagen de una extraña. Se culpaba por cada desdicha, por cada persona que cayó y no tuvo el valor de levantarse, junto a ella, tal y como prometieron. "La ignorancia es la base de la felicidad, tan estúpida yo en tardar tanto en descubrirlo"- se repetía en cada paso hacia la cocina. Fueron tantísimas mentiras, tantas ilusiones que jamás pudo confesar... tan solo su almohada fue testigo de cuantos sueños provocaron esas falsas amistades de un: "Jamás te dejaremos sola". Pero tantas promesas quedaron en el aire, como personas vivas en una guerra fría. Cero. Como caminos de rosas hacia personas con alma, como las que ya no esperaba conocer. 

sábado, 3 de diciembre de 2011

El idioma del corazón.

~ Con más prisa que nunca echó a caminar, hacia aquella playa, necesitaba meditar con el ruido de la mar en sus oídos y la inspiración de un océano que parecía tan inmenso y tan complejo como su manera de pensar. Sabía que se arrepentiría si decía, hacía o pensaba algo que no fuese cierto pero era tan difícil... la razón intentaba combatir al corazón pero este corazón lloraba tan fuerte... Apaleada sin consuelo, en aquél bordillo de una roca esperaba a un alguien que jamás llamó, una ayuda que jamás pidió, pero realmente la necesitaba, lo necesitaba. Encontró la soledad que tanto necesitaba extrañando al mismo tiempo la presencia que tanto añoraba. "No puedo imaginarme sin ti a mi lado, no puedo ni quiero"- se decía en voz baja intentando buscar el consuelo que no hallaba en si misma. Pasaban las horas muertas y sus ojos fueron  ríos en época de diluvio, no hubo parpadeo sin una lágrima acompañada. "Es tanto el miedo que puede a la razón de amarme que tanto se a demostrado, es tanto el recelo que contengo al mundo que pueda intentar o tan siquiera pensar en arrebatármelo, es tan..." - quedó muda, sin poder gesticular aquellas últimas palabras levantando la vista de la arena. "El miedo alivia el temor de este pobre idiota, sabiendo que tu miedo tan solo son gritos de necesidad de conservarme contigo, como mi corazón, cuando pide a gritos a un Dios que siquiera existe, que jamás me olvides, que jamás te canses de mi, y que este cuento que ahora es mi vida, no tenga jamás un final si no es para que sea un "Felices para siempre". Jamás nadie te querrá como yo, quédate conmigo..."- dijo él apareciendo entre las sombras, sin más idioma que el de un corazón enamorado.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Wall Street.

~ La noche encapotó el cielo de Wall Street, acercando a Samantha sus más lejanos fantasmas, sus queridos fantasmas del pasado. Ya no importaba hacia donde o cuando, tan solo echó a caminar, bajo aquellos copos de nieve que en fusión con sus lágrimas, le nublaban la vista por completo. "El tiempo no es efímero si tú no estás conmigo para verlo pasar"- se susurraba a si misma entre llantos de silencio. Se preguntaba porque la distancia hacía ascuas entre ambos, ¿porque un beso quemaba tanto si el amor era más que un roce?. Quien sabe, el amor es la incertidumbre de no saber que pasará mañana, tan solo la esperanza es la magia de conservarlo un día más.
A pocas zancadas estaría en el lugar que sin buscarlo ni quererlo, era su lugar de meditación, donde los pensamientos y los sentimientos, dialogaban sin disputa alguna. Cayó, cayó sin pensárselo dos veces, en aquel montón de nieve en la cuál la primavera pasada era suave hierba la que acariciaba su piel. "Es increible, la sensación de estar en el lugar en el que tú estabas aquél día, aquella primavera, y podría jurar que si exhalo tu nombre entre gritos de agonía, volverías de aquella guerra, tan solo para salvarme".

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Tan solo un cuarto de cuantísimo has dado por mi... Te amo mi vida.

~ Aún lo recuerdo, el ir a conocer a tus "amigos", como todos se giraron a mirarme mal, a criticarme, a meterse conmigo y a ti lo único que se te ocurrió, fue cogerme de la mano, darles la espalda, y besarme. ¿Recuerdas cuántas veces he tropezado y tú has sido quién me levantó?. Yo sí. En cada una de mis caídas ahí has estado tú, tendiéndome la mano, recordándome a cada paso en falso, que tú jamás me fallarías. Cuánta gente se metió conmigo por mi físico, dejaste tus estudios para poder venir a recogerme al colegio y que yo pudiese tener el valor de ir cada día a ese lugar... pero valía la pena, sabía que al salir, tú estarías ahí, esperándome. Recuerdo tus llantos por teléfono, diciéndome que no aguantabas más a tu padre, y tú al confesarme que era porque se metía conmigo por estar gorda... las veces que te has enfrentado a él por defenderme, diciéndole que yo era la mujer de tu vida, qué eras lo que más habías querido jamás y que no permitirías que alguien como él, me hiciese llorar así... Te fuiste aquél verano casi un mes a Valladolid, aún recuerdo tu rostro abrazándome con todas tus fuerzas en aquella playa, suplicando a algo que no existía que te retuviese junto a mi. Recuerdo cuatro horas diarias al teléfono y otras cuatro tras haber colgado llorando... Me recuerdas cada día que soy tu primera vez, tu primer amor, y qué estás ahorrando para ese tatuaje, aquél con nuestra frase en el pecho que te quieres hacer, junto con mi nombre que coincida encima del corazón, donde según tú, resido yo en tu cuerpo. Para ti soy como aquél tatuaje, algo que esperas que sea para siempre, y por mi parte, será como un tatuaje y más que eso. Sí, se me olvidaba. Aquél día de lluvia, tus padres te obligaron a ir al chalet de tus tíos a comer, y yo necesitaba verte, pero como de costumbre, tu padre no te dejaba venir tan tarde...¿qué importaba? cogiste aquél bus a las 9 de la noche, fuiste me compraste un osito de peluche gigante, y empapado con el oso en brazos, apareciste en la puerta de mi casa... Me recuerdas cada día que quieres casarte conmigo, qué si no fuese tan pequeña, sin duda alguna lo harías. Me has visto de todas las maneras posibles, sin peinar, con ojeras, en pijama, enferma... y no ha habido día, en el que tú no me dijeras: "No lo entiendo, pero cada día te veo más preciosa...". Noches que llorando te he necesitado y has aparecido a las 11 en la puerta de mi casa, llorando pidiendo perdón, diciendo que te quedarías en mi portal a dormir si hacía falta, contad de estar cerca de mi... Has vuelto a tus estudios solo porque dices que quieres darme algún día de mayores, la vida que merezco.Y ahora dime, si no me mereces, porque eres todo cuanto una persona puede desear. Eres mi sueño hecho realidad Javier, y me demuestras cada día, que tú eres para siempre.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Pesadillas.

- Las horas parecian no querer cesar, y su recuerdo parecía no querer marcharse con el paso de las horas. La ténue luz de las farolas aquella madrugada, le hacía recordar aquella noche bajo la lluvia, en la que un paraguas para dos, era el mejor refugio un día como ese, en un lugar como aquél. El olor a hierba mojada, la llema de los dedos caminando por una barandilla cualquiera, mientras sus dedos caminan por su cuello, cual escalofrío una noche de verano al notar la suave brisa de la mañana. Dar vueltas en la cama no servía , su recuerdo era inmune al olvido, su rostro era lo más cercano a lo divino que jamás fue conocido ... su mente lo sabía,su corazón lo reconocía. Esas sudaderas peculiares que le caracterizaban, esa dura pose que no hacía más que hacerle más tierno a ojos de una pobre enamorada, esa sonrisa que parecía pedir a gritos; " No me olvides nunca".

domingo, 13 de noviembre de 2011

Abre los ojos.

~ Soy de las pocas personas que te podrían ayudar pero no te dejas. Soy de las personas a las que más le duele que no abras los ojos aún dandote de frente siempre con la misma piedra, más que piedra la misma persona. No puedo ayudarte si no me dejas pero sigo sin rendirme, aunque no sepas quien soy. Si lees esta página y sigues pensando del mismo modo sobre la persona en la que estás será lo último que intente hacer para ayudarte, pero tú misma verás de quien vas de la mano, que ahora no es el problema, es el mañana que te espera sabiendo como están llendo ya las cosas.
Te quiero, amiga. 

sábado, 12 de noviembre de 2011

Nadie.

- Su voz era un eco que penetraba en su oído una y otra vez, para anclarse en su mente, haciendo ecos de " jamás te dejaré sola, lo prometo ". Su corazón lo sabía, apostó todas sus cartas, pero quién sabe si era esa mirada de ojos tochos que se rememoraba en su cabeza una y otra vez, esas tardes de verano anclados en la arena, haciendo de un abrazo, el mejor abrigo cuando el sol comenzaba a caer. Sería ese aroma que se inpregnaba en la ropa en cada abrazo que él la regalaba, serían esas infinitas veces en las que él lloró al lado del teléfono, por el simple hecho de verla llorar y no poder abrazarla. Sería el simple hecho de que jamás pensó en enamorarse como la primera vez, y la segunda, superó todas sus espectativas,conociéndole. Sería el simple hecho de que le tenía celos al aire que respiraba, por el simple hecho de poder estar con él en todo momento. Sería el simple hecho de qué sobre el corazón, nadie manda.









viernes, 11 de noviembre de 2011

Te echaré de menos... aunque sea tarde.

~ Las horas muertas se anclan en un dolor punzante que no sabe por donde escapar, será la conciencia intentando salir. Suelen decir que el ser humano no sabe lo que tiene hasta que lo pierde y ese dicho en mi vida cobra sentido en días como estos... No quiero tecnicismos en este texto, tan siquiera plasmar una historia... tan solo poder decir en un par de líneas cuantas cosas querría haber dicho si él me entendiese.


Recuerdo el primer día que te trajeron a casa... te había pedido tantísimas veces y al fin te tenía. Eras mi leoncito, mi pequeño Simba, ¿recuerdas?. Duele pensar en que me gustaría pedirte perdón por no haberte tratado como merecías, y sin embargo, ahora que sé que te estoy perdiendo llevo más de una hora llorando... la madrugada se cierne sobre mi y tan siquiera me importa... sé que si no es ahora será más tarde, pero la angustia no desaparecerá  una vez que tú ya no estés aquí... Me gustaría poder preguntarte si aunque vayas a tener nuevos dueños te acordarás de mi, aunque sea de las pocas cosas buenas, si algún día te volviese a ver correrías hasta donde alcanzase la vista y parases y te girases como hacías.. para asegurarte de que aún iba contigo... Me gustaría poder escribir uno de mis textos, haciendo historias inventadas pero no puedo de verdad... Son casi las cuatro de la madrugada y solo pienso que en escasos días me asomaré a la ventana y ya no estarás, en que ya no tendré que salir para regañarte porque ladras a los vecinos, o simplemente ya no saltarás de alegría al verme aparecer por el salón... Ojalá nunca me olvides como yo haré contigo... Lo siento pequeño... Ojalá pudieses entenderme cuando te hablo... Siempre te querré....

jueves, 10 de noviembre de 2011

Aquél día... ♥

- Dirección hacía el cielo su mirada estaba inmersa en un mundo al cual ella no pertenecía. Por la comisura de sus labios asomaba aquella pequeña pero diferenciada sonrisa, qué pintaba su cara de idiota, cuando él rondaba su mente. "Es sencillamente perfecto"- se decía entre suspiros. El cielo estaba más oscuro qué nunca, la luna gobernaba aquella noche, y tan solo el chapoteo del agua rompia el sonido de aquellos fugaces besos. "Siempre serás mi niña"- a escondidas de los familiares le decía. Era imposible, no sonrojarse, no enamorarse, no quererle cada día más. No importaba donde o cuando, sencillamente el paraíso, está donde él esté.





Navidad.

- Los copos de nieve se acumulaban en el poyato de la ventana, haciendo de cada montoncito una sonrisa en su rostro. "¿Por qué sonríes Amelie?"- le preguntó su madre admirandola curiosa. "Vuelvo a verle hoy madre, vuelvo a verle". La ciudad de París estaba más bella que nunca, aquellos luceros parecían brillar más que nunca, "será porque él ya está cerca, seguro"- se decía para sus adentro correteando sin rumbo por aquellas calles parisinas. Ahí estaba, era su silueta, su rostro, aquél perfúme de Lacoste que habría reconocido a kilómetros. Jamás podrá contar como sucedió, como un par de besos duraron una eternidad, como tan solo el sentir la electricidad que el fue capáz de dar a su cuerpo, hizo reaccionar aquél cuerpo inerte, muerto tras su partida. "Sentía que me moría sino volvía a ver tu rostro, tus labios, tu pelo..."- le dijo él entre tartamudeos. "Considérate privilegiado pues, estuviste 'apunto' de morir"- le contestó con una mirada nostálgica apuntando hacía el suelo. "¿Por qué dices eso Amelie?"- contestó sin más preambulos que la curiosidad que a él le corrompía. "Porque yo he estado muerta todo este tiempo sin ti a mi lado, y hoy, he vuelto a nacer"- dijo acurrucandose entre sus brazos, una vez más.



Mágico.

- Era mágico, sí, desde luego que lo era, no habían otras palabras para describirlo,sin duda. El mundo iba en contra, el cielo prometió caer sobre ellos y el tiempo ir contrareloj cuando estubiesen juntos. Nada, nada de eso fue suficiente para cambiar aquella leyenda, porque no, no era una simple historia. Unas tardes que parecían acabar nada más empezar juntos, y unas noches a solas qué parecían buscar la angustia de no tenerse el uno al otro. Las lágrimas eran el protagonista de cada pelea y las ansias de besarse entre llantos, el héroe qué a fin de cuentas, siempre vencia.
El tiempo dejo de ser constante, el miedo sí lo era, porque no eran nadie el uno sin el otro, era sin duda una leyenda de amor, jamás contada. Se sabe qué un amor hace historia cuando los propios personajes, saben qué marcará un antes y un después.
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"No quiero despertar"- le dijo ella entre lágrimas saladas". "Esto no es un sueño, así qué no despertarás nunca, esto para siempre"- contestó él sellando aquella palabras con un beso.






Accidente.

- El cielo entrelazaba estrellas, brillaban por luz propia, igual que su mirada cuando la miraba através del cristal, a escondidas, en silencio , como todos aquellos años. Era la perplegidad de su manera de ser, su sonrisa, esa peculiar perspicacia que la hacía diferente, aquello que marcó un principio y un no final en su vida, la recordaba cada noche como si fuese la noche del baile, cuando por fin después de tantos años la consiguió abrazar, acariciar, sentir su aroma a milimetros de distancia... Quizás fueron todas aquellas cosas las que le empujaron al avismo,a intentar reunirse con ella, ya nada quedaba, su sonrisa, su aroma de por las mañanas en su almohada, ya no existia, tan solo era su recuerdo,después de aquel trágico accidente.


Pesadillas.

- Tal vez el susurro del viento trajo a mí su mal recuerdo, el aire su perfume y aquella fotografía quemada por las esquinas , un sabor amargo a nostalgia. La cama conserbava su silueta calcada,su último cigarrito aún en la mesilla, sus dedos sobre mi espalda, su aliento sobre mi nuca... Aún se escucha el temblor de las paredes, aullidos los cuales no cesaban,pero tan solo es un recuerdo más. Aún no sabe como empezó aquél extrabagante,vicioso e interminable vicio, solo sabe que quería más, qué buscaba esa esencia los brazos de cualquier caballero que quisiera hacerla mujer,solo quería sentir sus labios, una vez más...
[...]
Sin aliento abrió los ojos el corazón bombeaba más sangre que nunca, entre sollozos se escuchaba su nombre repetidas veces, las lagrimas sin permiso alguno empezaron a brotar cual hierba crece en primavera, la angustia podia cortarse en el aire, algo más cortó el aire en aquél momento ... : tranquila princesa, sigo estando aquí. 



(Texto mío de hace un par de meses)



Contigo.

- Sería capaz de cruzar el mismo infierno, si después de todo el sufrimiento, fueses tú quién curase mis heridas. Porque sé a que saben las lagrimas, el aspecto de un corazón roto,el sentir el alma vacía... tanto tiempo estube esperando alguien con quién poder llorar, reir, chillar, saltar, poder gritar te quiero y que su voz siga a la mía , gritando al mundo entero, que esta es nuestra historia, y eso jamás nadie lo podrá cambiar.Qué se nos presente el muro más alto del mundo,mil piedras en el camino y que poquito a poco , juntos, seamos capaces de subir al cielo y volver a bajar para dejar claro, que jamás nadie pudo,pueden y podrán con nosotros.Sentir que el corazón no lo tengo, al haberselo regalado, por haberme vendado los ojos, haber dado un paso al frente y no temer nada, por saber que era su voz, la que me guiaba a oscuras.Porque deseaba todo esto y más, y tan sólo él, a sido capaz de superar, todas mis espectativas, ahora puedo decir: " El cielo no me parece tan lejano, cuando tú estás conmigo "

- Era esa necesidad de sentir el aire de nuevo, sentir como el corazón volvía a latir,sin espasmo alguno.El miedo fue más fuerte que la valentia a avanzar a por ello, a no dejarlo escapar, a no dejar correr su sueño. Noches en las que tan solo su voz era un espejismo de todo aquello que un día fue, una vida entera, se apoderaba de su mente,enloqueciendo cada neurona de las pocas que quedaban cuerdas,desde aquél último día. Diagnósticos que sonaban a locura,pastillas que empeoraban la ansiedad de sentir el corazón en calma, y provocando de nuevo la imperiosa necesidad de verle de nuevo aquí. Aquella habitación acolchada no hacía más que recordarle el tacto de una abrigo calido, su mano sujetandola , o un dedo resbalando en sus labios. Las camisetas de fuerza solo empeoraban las ganas de poder estirar los brazos a lo alto, más allá de donde alcanza la vista,pero preferia seguir atada a si misma en aquella habitación,rememorando todo aquello,que solo supieron, ellos dos.

El texto que te hice cuando cumplimos 5 mesecitos, mi amor. ♥

- Intento alzar la vista al frente,se me nubla la vista, no soy capáz de encontrar el horizonte que antes me guiaba a donde ir, pero sé que no me hace falta ver para creer , saber que algo existe, desde que soy capáz de creer en eso, que todos creen que son fantasías,leyendas, de encontrar a esa mitad, que según la leyenda griega, nos arrancaron al nacer y está perdida por el mundo , y básicamente todo aquél que de verdad busca su felicidad, está buscando esa mitad, ahora. Puedes intentar buscarla , o dejar qué venga a tí, que te sorprenda,que te enamore...pero todos estamos enamorados de esa persona antes de conocerla, es esa persona con la que sueñas antes de acostarte , en el momento antes de cerrar los ojos e intentas no tener pesadillas, mentalizas ese mundo en el cuál algún día, ese día que esperas que no sea muy lejano,estés con esa persona, con él. Sueñas con esos abrazos que parecen darte la temperatura corporal que sientes que te falta cuando sientes que fallece tu alma, cuando parece que jamás encuentras la salida, sabes que esa persona estará ahí,dandote la mano,secandote esas lágrimas que emborronan esa mirada que a él le enamoró.Buscarás en el aire su perfume, esa esencia que le caracteriza ante cuál otro ser vivo. Su diferenciada anatomía entre la multitud de la gente, sus besos en otros labios, hasta que por fín sin saber cómo, te das cuenta que se encendió la alamar,es él,las mariposas en el estómago, no mienten. Buscarás en películas ese personaje que se adapte a sus medidas, y llorarás con cada beso que le de a la protagonista pensando en qué tal vez sea solo una historia más,pero lo que tú buscas , tan solo él a tí te lo puede dar. Saber que ves un horizonte que no hay fronteras, que un par de kilómetros entre vosotros ya no cuentan, que dos corazones son capaces de palpitar al mismo tiempo, porqué son capaces de sentirte,más allá de un mar,más allá de un cielo...Soy de esas personas que tienen una ideologia , un tanto peculiar, de aquellas que creen que hay algo más allá de la muerte, que esta no es la única, que nos quedarán muchas más y estoy segura, de que sí en mis vidas anteriores encontré mi otra mitad, hoy, sigo con ella. No son un par de meses, un par de semanas y minutos contado al lado de aquello que hace sentir que el mundo gira, y se detiene al mismo tiempo, son demasiadas vidas para intentar hacerle entender que esto, va más allá de palabras,más allá de un te quiero. Personas que sueñan con una velada perfecta , en un restaurante perfecto, y es increíble, pero, una velada perfecta para mí no es aquella que sea en el lugar más caro, el lugar mejor situado de la ciudad, si no aquél en donde él esté conmigo, un par de besos, y una madrugada entera para nosotros en una playa desierta, en donde el mayor eco, sea el sonido de nuestros besos. Supongo que intento explicar y hacer entender que no todo se basa en aquello que eres capáz de ver, oír... soy capáz de sentir su presencia a kilómetros,su perfume más allá de un mar, y su tacto rozando mi cuello,cada segundo que pasa y él no está conmigo...Porqué son demasiadas sensaciones en cinco pequeños ,mágicos y preciosos meses, aún estoy intentando la manera de entender, como se puede querer tanto a alguien y saber tan ciertamente, que él es para siempre,que esto es de verdad.♥



- Deseaba consumirse esperando su final al igual que una colilla. Veia como el humo aparecía y tal cuál vino , se fué.Deseó echarle corage, no dejarse hundir, sabía que era fuerte pero... ¿realmente lo era?. Sus huesos cada vez tenían menos consistencia,su alma era menos perceptible que nunca, sus palabras, ya sonaban vacías...Sentía como el pulso latía y se paraba al mismo tiempo,tal vez era la señal de qué el corazón, no aguantaba el ritmo,estaba cediendo a las circunstancias... Suplicaba mantenerse en pie, no derramar una lágrima,poder sonreir como siempre lo hizo incluso más que nunca, pero ese dote de sinceridad, la estaba matando por dentro,lo que su boca escondia lo gritaban sus ojos,estaba pidiendo auxilio. Deseba escaparse al país de nunca jamás, tal cuál ella lo imagino,en donde siempre serían niños , en donde el dolor, era una leyenda urbana.


(Texto mío de hace años)



Memoria.

- Supongo que será esa sensación de sentirte inpotente,débil,frágil ante él... Saber que un par de palabras son capaces de quebrar en pedazos un órgano , él más valioso, aquél que a él le regalaste. Tener miedo de que se resquebraje,intentar que poco a poco duela menos,intentar que aguante cada día un poco más,hace del dolor algo más intenso, algo más eterno. Lágrimas que alibian un alma la cuál ya no se calla, sus sollozos son gritos de esperanza,intento buscar la luz, en una habitación sin ventanas,sin aire, sin más que la desesperación de no saber escapar,tampoco encontrar la razón del por qué. Un pasado que crees haber cerrado en el libro de los recuerdos, en donde las letras fueron emborronadas por unas cuántas lágrimas que hoy son el recuerdo de haber superado esa dura página, pero como conseguir cerrarlo para siempre, cuando esas páginas del pasado, se copian una y otra vez, en algo inborrable,en algo más frágil que el papel; nuestra memoria.


(Texto mío de hace un par de años)

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Destinos.

~ Le parecía imposible, "a de ser el destino, no cabe duda"- se decía a si misma perpleja. Habían pasado demasiados años, demasiados recuerdos calcados en cada centímetro de su piel, y era su mirada, sabía que debía de ser él, no había en el mundo ojos como aquellos. Podría haber jurado oler su perfume antes de toparse con él, era su fragancia, la que durante tantas madrugadas años atrás la hizo oler sus camisas tras haberse encontrado con él, después de un abrazo de despedida, su aroma estaba impregnado en ella. "Tan siquiera me recordará..."- hablaba para sus adentros aún no queriéndolo aceptar. Algo la empujaba, algo la susurraba, era aquella armonía que hablaba sin palabras, y de repente sucedió, las mariposas... podría jurar sentirlas más allá del corazón. "¡No, no no y no!, me niego, ¡iros, nos sois bien recibidas aquí, hicisteis mucho daño!- gritaba su conciencia a algo que ni siquiera existía. Pasó todo en cuestión de centésimas de segundos, sus piernas sin permiso alguno corrieron, corrieron sin saber a donde ni el por qué pero quería escapar, tal vez no de su recuerdo, sino de la realidad de la que quería huir. "¿De quién huyes, princesa?, ¿tan mal me conservo?- dijo aquél muchacho a sus espaldas tras haberla encontrado descansando. "Tú...vaya donde vaya, el tiempo te lleva consigo, ¿por qué?, ¿qué quieres de mi?, ¿no tuviste bastante?- dijo con ira y despecho y ese brillo de enamorada en los ojos sin quererlo admitir. "Quiero de ti lo que jamás pudiste demostrarme, vuelvo a ti porque mi lugar está contigo y de algo como tú, jamás será demasiado, quédate conmigo, ahora sí". 

martes, 8 de noviembre de 2011

Buscando lo perdido.

~ Lo intento pero puedo jurar que no lo consigo. Son las voces de la melancolía las que hoy derraman tinta sobre cada sílaba que escribo, la melancolía esta noche, es mi musa. Retrocedo la vista atrás y es inevitable mantenerse frío, inerte... ante todo cuanto quedó en el pasado y es ahí donde quedará por los restos. Lo tenía todo, o eso creía. Dicen que los amigos de verdad se pueden contar con una mano, por regla de tres yo podría ser manca, no necesito dedos. Podría haber contado cada paseo dimos juntas, cada conversación en la que fuimos el hombro la una de la otra y hoy día solo queda la incertidumbre de si recordará mi existencia, si se preocupará de recordarme alguna vez. Fue parte de mi, y es la conciencia de no haberselo hecho saber cuando podía. Mi lema siempre fue: "Las personas cambian", y esta noche puedo decir que no es del todo cierto. He conocido personas que parecían haber sido arrastradas del mismo infierno al cielo, tocándoles con un toque de gracia, convirtiendo sus corazones en agua pura de manantial pero es mi desdicha la de conocer a personas las cuales sus almas anidan en el Limbo... perdidas como sus conciencias. El universo es tan inmenso al igual que mi memoria. Tan solo espero que algún día toda esa inmensidad se reduzca a una persona, a una hermana que no comparta mi ADN y eso será suficiente para compensar tanta melancolía en un corazón soñador. Hoy día te sigo buscando... pero te encontraré, Hermana.

Hoy. No veo el momento. ♥

~ Se acerca la hora. Contemplo la ventana esperando que el sol caiga tras el horizonte. Esta noche estaremos; tú, yo y las estrellas, en nuestra playa, cenando, alimentándonos del amor uno del otro. No veo el momento, mi vida. 

lunes, 7 de noviembre de 2011

Kilómetros.

~ Maldecía cada paso que daba en falso, cada paso ante la inmensidad que daba sin él a su lado. Retrocedía a cada paso la mirada atrás, y podía contemplarle, sus pupilas clavadas en las suyas... pidiendo a gritos de silencio un : "No te marches, aún no". Pero así lo quiso el destino. Era un mar de lava el que tenían que surcar para verse de nuevo pero... era tan placentero sufrir tanto por amor. Era su contoneo al andar, ese brillo en su mirada, ese acento marcando las "s", esa sonrisa pícara, que hizo a él perder el sentido. Cada noche era una tortura, mirar por la ventana y pensar que en algún lugar del mundo, él estaría contemplando el mismo cielo... bendita pues la suerte de encontrarle a pesar de los kilómetros. Habían leído tanto de amor, de desgracias en los medios de comunicación... pero podrían jurar que hasta haberse encontrado en el mismo destino escrito por la mano de algún Dios aún por descubrir, no conocieron el amor y el dolor, de tener tan lejos a quien hoy día, les hace vivir.

Instante.

~ Tan siquiera el chapoteo de sus tacones caminando por las aceras de Dubai la podrían extraer de sus más profundos pensamientos. Aquella gabardina era cuanto tenía, cuanto poseía tras haber salido de aquella habitación. Corría, corría sin rumbo. Intentaba correr más rápido que sus pensamientos pero ellos eran más rápidos, incluso su aroma, llegó a alcanzarla centésimas de segundos antes de tomar la esquina. Se derrumbó, en aquél callejón, tan solo el llanto era la melodía que se fusionaba junto con el recuerdo de aquellos besos de la madrugada pasada, era agónica la desesperación, la situación. Pasaban los minutos y las piernas no respondían pero que más daba, el corazón tampoco lo hacía a sus llamadas de auxilio y continuaba bombeando. Sabía que aquella noche sería víctima del Vodka y que su única compañía esa noche sería JB y el celular, esperando ser llamado, un instante más.